La crónica rosa tiene en 2024 una protagonista de excepción. La presencia en Marín de la princesa de Asturias, Leonor de Borbón, ha vuelto a situar en el foco mediático a la Escuela Naval, en donde la heredera al trono ha realizado este año parte de su instrucción militar.
Desde que a mediados de julio pisó el centro por primera vez, acompañada de sus padres, el rey Felipe VI y la reina Letizia, para participar en los actos del Día del Carmen, todas las miradas han estado puestas sobre ella y cada salida de la escuela ha sido muy comentada.
Este día fue, sin duda, la visita más emotiva de Felipe VI a Marín: al cumplirse diez años como rey y, por primera vez, hacerlo con su hija Leonor, con la que mostró la gran complicidad que les une.
La princesa accedió a finales de agosto a la Escuela Naval como guardamarina de primero, integrada en la promoción que iniciaba sus estudios en el tercer curso.
Lo hizo siguiendo un plan de estudios adaptado que reunió las materias consideradas más relevantes para su formación y que, desde el primer día, la princesa cumplió como una más.
A lo largo de todo este tiempo, a la princesa se le ha visto en plena ría de Pontevedra en sus instrucciones marineras, participando en competiciones deportivas y, ya en su tiempo libre, de copas por Pontevedra, cenando con amigos en Marín o disfrutando de la gastronomía gallega.
Leonor de Borbón siguió los mismos pasos que dio su padre, el rey Felipe VI, en 1986, año en el que también recibió la instrucción militar relativa a la marina en Marín; y su abuelo, Juan Carlos I, que ya se había formado en la Escuela Naval en 1957.
El rey emérito, que este 2024 ha multiplicado sus estancias en Sanxenxo para participar en diferentes regatas de vela, se pudo reunir con su nieta de forma privada, acompañados de Felipe VI y Doña Letizia, con los que después acudió a comer a Vilagarcía.
Además, los monarcas también aprovecharon una de estas visitas a su hija para cenar en Combarro con antiguos compañeros de promoción del rey.
Tras completar su formación, la princesa de Asturias todavía tendrá que regresar a Marín.
Lo hará, por un lado, para ser nombrada hija predilecta de la localidad, un reconocimiento que la corporación municipal aprobó no sin cierta polémica. Ostentará el mismo honor que su padre, que también fue homenajeado durante su primera estancia en Marín.
Además, en enero tendrá que embarcarse en el Juan Sebastián de Elcano para participar en su crucero de instrucción, un buque escuela que concluirá su periplo en Marín, como es habitual cada año, coincidiendo con los actos del Día del Carmen.