El desastre provocado por el vertido de más de 26 toneladas de microplásticos al mar en diciembre por un carguero liberiano frente a las costas de Portugal apenas es recordado por la ciudadanía.
En el Partido Popular hasta se permiten hacer chistes de aquello, como ocurre en su video navideño en el que el conselleiro do Mar, Alfonso Villares, repite aquella frase pronunciada durante los días de máxima tormenta política.
Fue cuando le preguntaron qué pasaba con los microplásticos ingeridos por los peces y contestó "tranquilos, que todos entran por donde entran y salen por donde salen".
Hubo quien comparó la frase con los famosos hilillos de plastilina buscando paralelismos entre crisis anteriores como la del Prestige. Pero ciertamente había más diferencias que semejanzas.
El 8 de diciembre del año pasado la Dirección General de Recursos Naturales, Seguridad y Servicios Marítimos de Portugal emitió un informe apuntando que el buque Toconao había perdido seis contenedores cargados de pellets frente a las costas de Viana do Castelo.
Esta información se trasladó también a la Agencia Europea de Seguridad Marítima y a las autoridades españolas pero la Xunta sostiene que recibió el "aviso oficial 25 días después" por parte del Gobierno.
Entonces se activó el Plan Territorial de Contingencias por Contaminación Marina Accidental, 'Plan Camgal'. La Xunta defiende que "actuó con serenidad" y "responsabilidad" frente al "inmovilismo total y absoluto" del Gobierno de España.
Sin embargo, el Ejecutivo central desmintió esa afirmación y reveló conversaciones entre administraciones que evidenciaban que la Xunta tenía conocimiento de lo que estaba ocurriendo 21 días antes de lo que decía.
Antes de que actuasen las autoridades autonómicas o estatales algunos concellos empezaron a actuar por su cuenta al igual que cientos de personas voluntarias autoorganizadas a través de grupos de WhatsApp recogían pellets en las playas.
La oposición canalizó elenfado por la gestión de este desastre medioambiental llenando la plaza del Obradoiro de Santiago de Compostela en una manifestación de protesta.
Ecologistas en Acción y Podemos, entre otros colectivos, presentaron denuncia por la posible existencia de un delito contra los recursos naturales y el medio ambiente por parte de la armadora del carguero Toconao, con sede en las Bermudas.
Sin embargo, no ha sido posible que la armadora o los dueños de la carga del Toconao asumiesen sus responsabilidades legales debido a la ausencia de una regulación específica sobre el transporte de pellets.
Por lo tanto, las tareas de limpieza y mitigación del vertido contaminante han quedado en un limbo financiero y operativo, teniendo que asumir la factura las arcas públicas de las diferentes administraciones.
Recientemente, el Consejo de Medio Ambiente de la Unión Europea ha dado luz verde la posición de los gobiernos europeos sobre un reglamento que trata de reforzar los controles para reducir el riesgo de vertidos de estos microplásticos al mar.
Por cierto que, la vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica, Sara Aagesen, ha participado en la votación acompañada por la conselleira gallega de Medio Ambiente e Cambio Climático, Ángeles Vázquez. Después de tanta confrontación finalmente ambas han coincidido en votar a favor de esta nueva normativa.