Escolares solos, pero en compañía

Pontevedra
31 de octubre 2015

El proyecto Camiños Escolares ha ido ampliando progresivamente su radio de acción, tanto en centros educativos participantes como en escolares que van solos a sus colegios. PontevedraViva ha acompañado a cinco estudiantes de las Doroteas en su trayecto hasta su centro escolar

Los cinco reunidos en Benito Corbal Mónica Patxot

Cinco chicas y chicos, de once a trece años, alumnos del colegio de las Doroteas, se han prestado a que les acompañáramos en el trayecto entre sus casas y el centro educativo. Aunque ya habían comenzado a ir sin compañía de adultos el curso anterior, este año participan del proyecto Camiños Escolares. Les ofrecieron una charla en el colegio para exponerles la iniciativa municipal y se sumaron a la propuesta.

Las dos primeras en salir son hermanas. Candela y Gabriela Pacheco Gregorio tienen trece años, vienen de O Gorgullón y recogen a Saleta Tenorio Maigler en Blanco Porto. Saleta tiene su misma edad y también está acostumbrada desde el curso anterior a ir sola al colegio. Es una mañana lluviosa, como otras tantas en Galicia. Circunstancia que no cambia sus hábitos. "Estamos acostumbradas", dice Saleta, que además lleva un vistoso paraguas multicolor que protege a las tres chicas. 

En Benito Corbal, llaman al portero automático de la vivienda de Hugo y Rubén Vázquez Ferro, de doce y once años, y enseguida se unen al grupo.  Dado que ya el año pasado iban caminando, les preguntamos cuál es la diferencia entre un curso y otro. Candela y Gabriela responden las primeras casi al unísono: la seguridad. Algo que presta el personal de apoyo a los escolares que se ubica en determinados cruces. Ellos los encuentran en tres puntos: en Joaquín Costa, en el cruce de Benito Corbal con Sagasta y en la calle Echegaray. 

Van seguros, pero su independencia como peatones, no se reduce al camino escolar. En este sentido, Candela apunta que en ocasiones los conductores no respetan los pasos de peatones o los semáforos como debiera ser. 

Además de la seguridad, añaden que ir caminando les hace llegar más despiertos a clase. Afirmación que demuestra de forma evidente Rubén. Cuando sale de casa es su hermano quien hace las presentaciones, pero para cuando llegamos a la plaza de España, es el más hablador. De hecho, acaba siendo casi el entrevistador: "¿de dónde sois? Yo soy de Sanxenxo, pero vinimos a vivir a Pontevedra", dinos.

Explica que en el municipio de O Salnés iba al colegio acompañado de sus padres, pero aquí en Pontevedra, no. Por lo que nos cuenta, lo que no lleva tan bien es que "aquí no hay playas y llueve más", pero por el contrario pueden acudir a diversas actividades extraescolares ya que no precisa coger un autobús cada día para regresar a casdra. 

Le ha gustado esto de tener periodistas cerca. "Mi hermano juega al fútbol indoor, ¿vais a venir?". Llegamos a las puertas del colegio, decenas de niños aguardan en la entrada, otros se despiden de sus padres antes de que cada uno vaya a cumplir con sus obligaciones. Muchas gracias a los cinco, y perdón por haberos hecho despertar algo más temprano de lo normal.