Cuando a las 20.40 horas del lunes 1 de febrero empezaba a salir humo del edificio situado en el número 12 de la calle Michelena y el número 6 de los Soportales de A Ferrería poco se podían imaginar los pontevedreses el dramático desenlace.
En cuestión de minutos, las llamas afectaron a todo el inmueble y en cuestión de horas, lo habían devorado. Desde esa misma noche ya quedó en pleno centro de Pontevedra una cicatriz inmborrable y en la mente de los vecinos una sensación que perdura en el tiempo: la del temor a que todo el casco histórico quedase reducido a cenizas.
El incendio arrasó un inmueble del siglo XIX, la zapatería Cuplé, el estudio de fotografía de Tere Malvar y el emblemático comercio La Moda Ideal, ubicado en los Soportales de A Ferrería desde 1896. Además, obligó a desalojar a nueve personas, una de ellas de avanzada edad con problemas de movilidad que vivía en un edificio contiguo al siniestrado, y dejó daños en viviendas y oficinas cercanas.
Se convirtió en el incendio más virulento de los que se recuerdan en Pontevedra desde el que arrasó la iglesia de San Francisco y su extinción estuvo rodeada de polémica e incluso llegó al Parlamento de Galicia. El estado de de ruina en el que quedó la estructura complicó la investigación de los orígenes del fuego, en la que participaron agentes de la Comisaría General de la Policía Científica desplazados desde Madrid, y su desescombro, que tardó meses en estar finalizado.
La cicatriz se mantiene en el tiempo y ahora la esperanza de volver a ver la emblemática plaza de A Ferrería en todo su esplendor queda supeditada a que los propietarios acometan las tareas de rehabilitación.