La historia se repitió diez años después. Pasada una década de la trágica oleada de incendios de 2006, en el verano de 2016, el fuego volvió a teñir de miedo y negro los montes de la comarca y de todo Galicia, con decenas de focos simultáneos que dejaron miles de hectáreas reducidas a ceniza.
Todo empezó el lunes 8 de agosto en Cotobade y el Monte Xiabre y, a partir de ahí, durante una semana ininterrumpida fuegos que en su mayor parte fueron provocados devastaron terrenos forestales. La segunda semana de agosto fue la más dramática, pero a lo largo del resto del mes y a principios de septiembre hubo más incidencias.
El incendio declarado entre Vilanova y Almofrei, en Cotobade, en el que se declaró el nivel de alerta 2 por cercanía a núcleos habitados, fue el que alcanzó mayores dimensiones en la comarca y alcanzó también zonas del término municipal de Pontevedra. Durante dos días mantuvo en vilo a miles de vecinos, que rememoraron la catástrofe de diez años atrás.
Especialmente dura fue la semana también para los vecinos de la parroquia pontevedresa de Ponte Sampaio. En su caso, los fuegos estuvieron próximos a las casas durante más de una semana y finalmente derivaron en la detención de una vecina de la zona como presunta autora de 16 fuegos.
Las parroquias pontevedresas de Lérez y Tomeza, Barro, Poio, más zonas de Cotobade o A Reigosa, en Ponte Caldelas, fueron algunos de los puntos más afectados. En este último, además, fueron localizados dos artefactos incendiarios dotados de paracaídas.