La relación entre Castelao y el Museo de Pontevedra se ha reforzado aún más, si es que eso es posible, durante este 2020. El intelectual galeguista fue en vida uno de sus grandes impulsores y el Museo es el lugar que reúne un mayor número de sus obras. En esta simbiosis, con Pontevedra como testigo de excepción, uno no se puede entender sin el otro.
La colección que la institución pontevedresa atesora de Castelao incluye cerca de 2.000 de sus obras. Pero, sin duda, la de mayor valor se ha incorporado este año. Tras casi cinco años exponiéndolos gracias a una cesión, los originales del Álbum Nós han sido adquiridos por el Museo. Fue una de las noticias culturales de mayor relevancia de Galicia.
Una familia pontevedresa guardaba esta obra fruto de un regalo personal del propio artista en el año 1935 y, tras una negociación de la que todavía se desconocen muchos detalles, el Álbum Nós pasará a ser patrimonio de todos los pontevedreses.
Las 49 láminas, el autorretrato de Castelao y el 'exlibris' que cierra el álbum serán parte de los fondos en propiedad del Museo.
El director del Museo, José Manuel Rey, ha destacado el "capital simbólico" que supone el Álbum Nós. Castelao lo hizo en un momento "crucial" de su evolución artística e ideológica, promoviendo la defensa de Galicia y buscando despertar la conciencia colectiva.
"Tiene un irrenunciable valor artístico, histórico, social y político y una significación cultural e identitaria”, ha subrayado Rey, que ha reivindicado el papel del museo "a la hora de configurar un relato lúcido sobre la guerra, la represión y el exilio que ayuden a entendernos como país".
Pero en este 2020 el Museo no solo ha sido noticia por los fondos que ha adquirido, sino también por dos cuadros que dejarán de formar parte de su colección permanente.
El Museo de Pontevedra devolverá a Polonia dos cuadros del pintor flamenco Dieric Bouts tras comprobar que pertenecen a la colección de la familia Czartoryski, víctima del expolio de los nazis tras la invasión alemana en 1939.
Estas dos piezas de arte, un Ecce Homo y una Dolorosa, son del siglo XV y originalmente formaban un mismo díptico. Fue el Ministerio de Cultura polaco el que alertó que dichos cuadros habían desaparecido tras la invasión nazi.
Los cuadros eran de la colección de José Fernández López, uno de los benefactores del Museo de Pontevedra que, al parecer, los habría adquirido en galerías especializadas de Barcelona o Madrid a mediados de los años 70. Tras años en depósito en el museo pontevedrés, sus responsables compraron toda la colección -unas 313 piezas de arte- en 1994.
Eso sí, antes de devolverlas a Polonia, el Museo de Pontevedra expondrá estos dos cuadros al público por última vez como piezas principales de una exposición que, a la vuelta de las navidades, abordará los expolios registrados a raíz de conflictos bélicos.
Meses antes, en julio, el Museo también experimentó un cambio radical. Estrenó una nueva imagen, formada por una M moldeada según la formas de la ciudad de Pontevedra y piezas del Tesoro de Caldas. Con ella, busca potenciar su carácter y "afincarse" en el siglo XXI.
La diseñadora Uqui Permui fue la autora elegida para realizar este cambio, reinterpretando "con un lenguaje diferente y con nuevos códigos" la representación que Alejandro de la Sota hizo en su dibujo de 1942, imagen del Museo durante los últimos 75 años.