La decisión de Supera de cerrar por completo el complejo deportivo de Ponte Muíños a partir del próximo viernes 1 de abril no ha cogido de sorpresa a la Fundación Rías do Sur.
"Era lo previsto", reconoce el presidente de la Fundación, Héctor Vilariño, que avanza que "si van a dejar de prestar el servicio de motu proprio se les exigirá lo que dice el contrato".
Eso pasa, según explica, por solicitar la rescisión unilateral del contrato de concesión con Supera por incumplimiento de servicio, tal y como recoge una cláusula del documento que vincula a ambas partes desde hace 16 años. "El contrato que la Fundación tiene con la gestora tiene una cláusula que contempla la rescición unilateralmente y será lo que exijamos", reitera.
"Empezará a contar el tiempo a partir del día 1", señala el representante de Rías do Sur, y a partir de ahí "la gestora debería de abrir la instalación en un plazo de 30 días y si no lo hace tendrá un mes de plazo para abandonar la instalación y se hará cargo la Fundación, aunque esperamos llegar a un acuerdo antes", mantiene.
En el caso de poder recuperar la gestión "lo primero que haríamos sería abrir la piscina para que los deportistas pudiesen entrenar y no perdiesen la temporada y posteriormente se vería la posibilidad de que un nuevo gestor se hiciese cargo", avanza.
Por otro lado cuestionado de nuevo sobre la propuesta de indemnización de un millón de euros de la concesionaria para resolver el contrato y renunciar a los 14 años que le restan, Héctor Vilariño asegura que "con esas exigencias no tenemos nada que negociar" al no tener capacidad económica para asumir tales cantidades.
En lo que respecta a la plantilla de trabajadores del complejo deportivo, con una treintena de empleados, se mantendrán por el momento en situación de ERTE mientras no se resuelve la situación.