Un final gris que empaña tres años de pasión en la banda

Pontevedra
20 de diciembre 2017

La destitución de Luisito ha estado marcada no sólo por la mala racha de resultados del equipo, sino por su salida de tono el pasado domingo en rueda de prensa tras la derrota ante el Atlético de Madrid B. El ascenso a Segunda B y la fase de ascenso a Segunda, los mejores momentos de sus tres años en el banquillo de Pasarón

Roberto Valdés, Luisito y Pepe Rico en un entrenamiento del Pontevedra
Roberto Valdés, Luisito y Pepe Rico en un entrenamiento del Pontevedra / Mónica Patxot

La destitución de José Luís Míguez 'Luisito' como entrenador del Pontevedra Club de Fútbol supone el fin a una etapa de poco más de tres años en los que se han acumulado buenos momentos y también alguna sombra, como la que empaña su salida del club.

Además de la mala racha de resultados, con nueve jornadas consecutivas sin ganar y la pobre imagen que ha mostrado en las últimas semanas el equipo, su cese quedará marcado por su salida de tono en su última rueda de prensa como máximo responsable deportivo de los granates, tras perder ante el Atlético de Madrid B, en la que cargó contra aficionados y periodistas.

La decisión de relevarle tanto a él como a sus más estrechos colaboradores, Pepe Rico y Roberto Valdés, se tomó precisamente tras el encuentro ante el filial colchonero ante la sensación de que la nave no terminaba de enderezarse.

El club tomaba esta determinación después de no aceptar la dimisión del preparador de Teo el pasado 5 de noviembre, tras la derrota del equipo en Talavera. Lo hizo entonces pensando que había crédito y tiempo para mejorar, pero eso no ha sucedido ya que desde entonces el Pontevedra no ha vuelto a ganar en liga.

Con una salida gris, también por la inexplicable tardanza del Consejo de Administración en confirmar lo que con las horas se convirtió en un secreto a voces, se pone fin a una etapa de pasión en la banda que llegó a conectar especialmente con la grada de Pasarón.

En el recuerdo el ascenso a Segunda División B ante el Haro Deportivo, además de dos buenas campañas en la categoría de bronce con una permanencia holgada el primer año y una clasificación para el play-off de ascenso en el segundo. 

Ese crédito ganado le sirvió a Luisito para aguantar como máximo responsable del equipo en los últimos meses, aunque de sus actitudes y silencios ante los medios de comunicación empezaba reflejarse que el fin de su etapa estaba cerca. Tanto que no ha podido llegar a comerse el turrón en Pontevedra, ese club que ansiaba llevar hasta el fútbol profesional, tal y como declaró sin ir más lejos en su última renovación.