Se cortó la racha de victorias y lo hizo de forma injusta. El Pontevedra mereció más frente a la UD Logroñés, pero cayó víctima de un error propio grave y tres ajenos, aún más graves, por parte de un colegiado (asturiano para variar), que ignoró dos claros penaltis en el área riojana y perdonó la expulsión por segunda amarilla a uno de los jugadores claves de los visitantes, antes del descanso.
Los visitantes se llevaron los puntos. El Pontevedra la ovación de los suyos y el convencimiento de que no son inferiores a nadie en esta categoría. Cayeron, pero lo hicieron con la cabeza alta, en un partido menos vistoso que otros anteriores, pero es que "dos no se pelean si uno no quiere" y los riojanos no quisieron. Vinieron a hacer su partido, lo hicieron a la perfección, y se encontraron con todos los factores a favor para marcharse con un botín absolutamente inmerecido.
Le costó al Pontevedra hacerse con las riendas del partido en el primer tiempo. El Logroñés, con un sistema tan bien definido como conservador en su planteamiento, buscaba llegar al área rival de la forma más rápida posible, por el sencillo método del envío en largo buscando sus puntas, eso que algunos entrenadores llaman verticalidad y que la mayor parte de las veces se traduce en sacarse de encima el balón para evitarse problemas defensivos.
Plantados en el campo casi con dos líneas, una defensa práctica y un pivote defensivo, Adrián León, al que el árbitro consintió que repartiese cera a destajo, perdonándole la segunda expulsión ya antes del descanso, por una fea entrada por detrás sobre Mouriño, los riojanos lograron desarmar al Pontevedra pero únicamente durante 20 minutos.
En ese período fueron ligeramente superiores, aunque su fútbol distase mucho de ser vistoso, pero no lograron crear más peligro que en una indecisión de Pablo, finalizada por Íker Alegre con el único disparo a puerta de los visitantes, flojo y sin problemas para Edu.
A partir de ahí comenzó a crecer el Pontevedra. Primero con un disparo de Mouriño que da en un defensa y se marcha a la esquina. Luego en una buena triangulación que termina con Borjas en el suelo al anticiparse a Borja y ser derribado por el central visitante (minuto 28). El árbitro prefirió mirar hacia otro lado y señalar saque de esquina, ganándose la primera bronca de la noche.
Precisamente a la salida de ese corner la ocasión llegó para Pablo. Su remate de cabeza se fue arriba.
Más clara fue la oportunidad para Verdú, tras un derribo de Borjas al borde del área. El lanzamiento de falta lo sacó junto al poste el meta riojano, Miguel.
El Pontevedra se había hecho dueño del partido y mandaba a través de la posesión de balón y el juego combinativo, algo que al Logroñés le creaba problemas, que resolvía sacándose el cuero de encima. Su peligro estaba en que Chevi o Muneta, los jugadores que demostraron más calidad en el once visitante, pudiesen enlazar alguna jugada para conectar con un desasistido Pere Milla.
Tiempo hubo poco antes del descanso, para que el colegiado asturiano se ganase, con justicia, la segunda pitada de la noche (no sería la última), al perdonar la segunda amarilla a Adrián León, por una fea entrada por detrás sobre Mouriño.
La segunda parte comenzó como había finalizado la primera, con el Pontevedra mejor y el Logroñés partido, con medio equipo defendiendo y el otro medio desconectado de esa labor. Verdú tuvo la primera, pero su centro tras dar en un defensa se fue al lateral de la red.
Hasta que llegó la ocasión que buscaban los visitantes, que sin merecerlo se encontraron con un grave error defensivo local. Fue una de esas jugadas que desesperan a los entrenadores. Una pérdida de balón de Kevin Presa, con el equipo volcado arriba tras el lanzamiento de un corner, permite a Íker Alegre marcharse en velocidad y cruzar para dejar sólo a Titi ante Edu, minuto 54, al que bate por bajo.
El recital de desaciertos arbitrales continuaría poco más tarde. Jandrín es derribado por Borja dentro del área (minuto 61), sin que Carbajales Gómez quiera darse por enterado.
Lo peor de todo es que entre bronca y bronca el Pontevedra se fue del partido durante un buen rato, lo que aprovechó el Logroñés para respirar defensivamente, pero seguir con la misma racanería futbolística y ofensiva.
Hasta que los granates volvieron a asentarse, para someter al conjunto riojano a un constante acoso en la recta final del partido. Sin éxito. Entre el desatino arbitral, los de Luisito dominaban, lo intentaban, lo merecían, pero les faltaba remate. La tuvo Pablo Carnero (minuto 87), pero su remate de cabeza a centro de Mouriño salió fuera.
Y se cortó la magnífica trayectoria. De forma injusta. Frente a un rival que ofreció oficio y poco más, pero que supo aprovecharse de un error ajeno y de un arbitraje "amable" para sus colores. El enfado de la parroquia granate al finalizar el partido con el colegiado fue notable, pero los puntos se escaparon, dejando eso sí constancia de que este Pontevedra está en condiciones de competir con cualquiera...si le dejan los antaño llamados "de negro".
PONTEVEDRA CF (0): Edu; Adrián, Pablo, Capi, Verdú; Kevin Presa, Álex Fernández (Pedro García, minuto 74); Jandrín (Pablo Carnero, minuto 71), Mouriño, Jacobo (Anxo, minuto 55); y Borjas.
UD LOGROÑÉS (1): Miguel; Santos (Joel Valencia, minuto 71), Julio Rico, Borja, Paredes; Adrián León; Titi, Muneta (Jacobo, minuto 64), Chevi (Jordan, minuto 71), Íker Alegre; y Pere Milla.
Árbitro: Leandro Carbajales Gómez (Asturias), auxiliado en las bandas por Omar Mata Areces y Francisco García Riesgo. Amonestó a Jacobo, Jandrín, Verdú y Borjas, por el Pontevedra, y a Santos, Adrián León e Íker Alegre, por el Logroñés.
Goles: (0-1) Minuto 54: Titi.
Incidencias: Estadio Municipal de Pasarón (Pontevedra). Unos 2.000 espectadores.