Tras el impulso parisino para ver a su referente, Carla Santoro sigue entrenando fiel a las palabras de Susana Rodríguez

Pontevedra
10 de septiembre 2024

Si antes de comenzar este septiembre Carla Santoro tenía claro que hacerse un hueco en el deporte requiere esfuerzo, después de haber viajado a París para animar a su referente, la triatleta paralímpica y reciente doble medalla de oro, Susana Rodríguez, la experiencia la ha reforzado

Carla Santoro siguiendo la final de paratriatlón en París
Carla Santoro siguiendo la final de paratriatlón en París / V. Cernadas

Carla Santoro Cernadas todavía tiene las manos frías por la temperatura del agua del río Lérez. Termina otra mañana de entrenamiento, por la tarde más. Si antes de comenzar este septiembre tenía claro que hacerse un hueco en el deporte requiere esfuerzo, después de haber viajado a París para animar a su referente, la triatleta paralímpica y reciente doble medalla de oro, Susana Rodríguez Gacio, la experiencia la ha reforzado.

"Es un camino muy largo", dice esta jovencísima triatleta caldelana con albinismo ocular; y añade "pero yo quiero seguir aprendiendo y ojalá un día tenga la oportunidad". Demuestra tener bien aprendido el mensaje que la viguesa tiene repetido en los medios de comunicación: que vean en ella un ejemplo de persona que a pesar de dificultades, con trabajo, esfuerzo y confianza en sí misma, pueden conseguir metas pese a que parezcan difíciles de alcanzar.

Recuerda que cuando supo que la cita olímpica era en París y que Susana Rodríguez estaría allí, ya trasladó a sus padres la intención de ir a apoyarla. El viaje no ha estado exento de imprevistos: la prueba de paratriatlón se pospuso sin la certeza de un aplazamiento definitivo. Carla, sin embargo, habla de lo que estaba suponiendo para los participantes: "lo peor de todo aquello fue para los deportistas porque supone un estrés constante".

El cambio de fecha conllevó perder las entradas que tenían para ver la entrega de medallas y resultó imposible cambiarlas, "la organización fue un desastre, mirabas las gradas vacías, decían que estaba lleno y no fue así. Carla es una niña con discapacidad y no les ofrecieron plazas que deberían estar reservadas a tales efectos. Incluso llegamos a pensar que nos íbamos sin verla", lamenta Vanesa, su madre.

Con todo, lograron ubicarse en el recorrido. "No me podía creer que estaba en París en unas paralimpiadas. Le animamos un montón porque aunque sabía que no nos veía, sí sabía que nos escuchaba. Había muchísima gente animando", recuerda feliz. Dice que estuvo más nerviosa durante la natación y ya más tranquila durante la carrera porque "ese es su fuerte".

Todavía no ha podido darle su merecido abrazo de felicitación, pero sí han hablado telefónicamente. Una y otra, siguen con sus obligaciones, en el caso de Carla el inminente curso escolar y sus entrenamientos ya que este mismo septiembre compite en acuatlón en Castrelo de Miño, Ourense; en octubre competirá en Pamplona y en noviembre estará en Sevilla compitiendo en cross.