La decisión adoptada por la Federación Galega de Balonmán de cerrar al público el acceso a los partidos en todo el balonmano autonómico hasta el 18 de enero no ha sentado por igual en los clubes deportivos.
El organismo federativo optó por esta drástica medida como acto de visibilización hacia la importancia de erradicar la violencia en el deporte, después de la agresión sufrida el fin de semana por el abuelo de un árbitro en un encuentro cadete femenino disputado en Vilalonga.
La obligación de jugar a puerta cerrada debe respetarse en todas las competiciones de ámbito autonómico.
Una medida que este miércoles ha sido criticada por uno de los clubes con mayor historia del balonmano gallego y nacional, la Sociedad Deportiva Teucro.
Asegura el vicedecano en un comunicado hecho público a través de sus canales oficiales que "condenamos firmemente cualquier tipo de violencia" y que "nuestro club se opone rotundamente a estas acciones y apoya todas las medidas necesarias para erradicar la violencia en el deporte".
A esta afirmación añade el Teucro que "sin embargo, no estamos de acuerdo con la cecisión de cerrar el acceso a nuestros partidos para nuestros socios, ya que creemos que la afición es parte fundamental de nuestro club y nuestro deporte".
"Seguiremos trabajando para garantizar un entorno seguro y familiar en todos nuestros eventos deportivos", concluye el texto difundido por el Teucro.
Esta posición es contraria a la mostrada en público por el otro club de la ciudad, el Cisne, quién también a través de sus redes sociales expresó que "aunque difícil, la medida es un acto de responsabilidad y un claro posicionamiento contra la violencia en el deporte".
Todo porque "los lamentables hechos acontecidos el pasado domingo en Sanxenxo hacen necesario un punto de inflexión que nos lleve a reflexionar sobre el comportamiento que debemos fomentar en nuestras instalaciones deportivas".