El Sinfín agrava la crisis del Cisne

Los buenos resultados siguen sin llegarle al Club Cisne Balonmano, que lleva cuatro jornadas consecutivas sin puntuar y se adentra en la fase final de la temporada en una situación complicada.

El equipo de Quiños afrontaba este sábado un encuentro vital frente al Blendio Sinfín, que fue muy superior en la segunda mitad y se hizo con el triunfo por 29-34.

Le costó entrar al partido al conjunto pontevedrés, que se encontró con un parcial en contra de 2-6 a los 10 minutos de juego que les obligaba a reaccionar de manera urgente. Apareció entonces Franzini bajo palos y con Bruno Vázquez, Furtado y Manu Lorenzo, el Cisne se metió de lleno en el partido volteando el resultado al cuarto de hora (7-6).

Había encontrado el equipo lerezano su mejor versión en ataque, pero no daba con la manera de neutralizar al Sinfín, que apenas tenía problemas para atravesar la zaga cisneísta con potentes latigazos imparables para el guardameta brasileño que sellaban el 15-15 al descanso.

Arrancó mejor la segunda mitad el conjunto cántabro, que apoyado en Nico Doval, metió la directa con un parcial de 16-20 nada más regresar de los vestuarios.

Entró Abián en lugar de Franzini con la intención de detener la hemorragia y el Cisne recuperó sensaciones para reducir el resultado en dos goles. Pero esa diferencia poco duró y el Sinfín respondió de forma inmediata con cambios en su ataque que complicaban a la zaga local y le permitían situarse con la máxima renta hasta el momento (23-28).

Los visitantes ya tenían el partido controlado y mucho tenían que cambiar las cosas para que los tres puntos se quedaran en Pontevedra.

El tiempo se consumía, corriendo a favor del equipo visitante, que demostraba su superioridad y mantenía la ventaja entre los cuatro y cinco goles.

Adelantó la defensa el Cisne cuando restaban poco más de cinco minutos para la conclusión, pero el Sinfín aprovechó la situación encontrar espacios a la espalda y subir el +6 al luminoso (27-33).

Le entraron las prisas a los jugadores lerezanos y pecaron de precipitación a la hora de atacar, los pases no no encontraron destinatario y los pocos lanzamientos a portería se fueron muy desviados.

Los cántabros, por su parte, se tomaron su tiempo a la hora de elaborar las jugadas ofensivas para hacerse con el triunfo final por 29-34.

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