Pontevedra y el Cisne se han despedido de Asobal con la esperanza de un pronto retorno y con el orgullo de haberlo hecho con la cabeza muy alta y la satisfacción de haberle echado una mano al vecino Frigorídicos do Morrazo Cangas, impidiendo que Guadalajara supere a los cangueses y los deje en puestos de descenso, a falta de la última jornada de liga.
Partido trepidante y lleno de alternativas, sin un dominador claro en ningún momento. La máxima diferencia nunca superó los 3 goles y ambos equipos dispusieron de ella, los visitantes en los primeros compases y los locales en la recta final del partido, justo cuando necesitaban rentabilizarla y lo hicieron para brindar a su afición un triunfo y la silenciosa manifestación de su intención de un pronto retorno a la máxima categoría.
El 1-4 con que Guadalajara se adelantó fue rápidamente contestado por el Cisne con un parcial de 6-1 para ponerse por primera vez por delante antes de que se cumpliese el minuto 10, obligando al técnico alcarreño a solicitar su primer tiempo muerto.
Con los ataques superando con relativa facilidad a las defensas, el conjunto visitante fue "picando piedra", hasta recuperar la inciativa (11-12, minuto 22). El Cisne se mantenía cerca, ahora con más dificultades, pero el no saber gestionar su último ataque permitió a Guadalajara aprovechar los últimos segundos para irse el descanso con 14-16 a su favor.
Jugar sin nervios ni presión hacía que el Cisne se divirtiese en la pista y Carlos Pombo lograba neutralizar la ventaja visitante 17-17, en el minuto 35.
Las alternativas eran constantes hasta que a falta de 12 minutos Álex Chan, con un golazo, ponía por delante a los pontevedreses (24-23) después de muchos minutos.
La necesidad de ganar de Guadalajara y la gran actuación de Abián Rodríguez en la portería del Cisne hizo que el conjunto local ampliase la cuenta (26-24 minuto 55), llegando a tres con un tanto de Dani Serrano (27-24) a falta de 3'35", que provoca un desesperado tiempo muerto del técnico visitante.
Aunque redujeron distancias, un golazo de Bruno Vázquez, a 2'30", del final, con un lanzamiento de cadera, puso el 28-25 que sentenciaba, porque aunque lograron recortar, el Cisne supo jugar con criterio su última posesión, no sin susto por una inoportuna falta en ataque cometida y compensada con una pérdida por precipitación del ataque visitante, para terminar ganando (28-27) y dando una alegría a sus aficionados e indirectamente a los del Cangas.
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