No ha podido ser. El Poio Pescamar cayó por la mínima ante el Burela en la final de la Supercopa de España después de que Danny Domingos aprovechara el único descuido rojillo para resolver y llevarse el quinto trofeo consecutivo.
El equipo de A Mariña, pese a estar mermado por las numerosas bajas, partía como favorito en esta gran final gallega. Apostó por un ritmo más bajo de la posesión y las primeras ocasiones fueron para las rojillas, pero Caridad salvó un mano a mano ante Laura Uña y el siguiente disparo de Ale de Paz se fue rozando el palo. Mientras, Elena se mostraba muy segura bajo palos y evitaba cualquier posible oportunidad del rival.
Después del paso por los vestuarios el Burela dio un paso adelante y Antía protagonizó las mejores acciones de peligro que Elena se encargó de repeler.
Iban a ser los detalles los que marcarían el choque, marcado por una total igualdad y los reflejos bajo palos de ambas guardametas. Sin embargo, en un rápido saque de esquina botado por Cami, Dany Domingos lo aprovechó para enviar el esférico a la red.
Todavía quedaban 13 minutos por disputarse y el conjunto consevero no se rindió. Ale de Paz puso a prueba a Caridad mientras Antía tenía para el Burela el 2-0 en un contragolpe que no encontró portería.
Se alcanzó así la recta final del encuentro. Luis López-Tulla optó por el ataque de cinco con Ale de Paz como portera jugadora, pero el Burela se mantuvo cómodo en defensa. Emily, desde campo propio mandó el balón al larguero desde su campo propio y el Poio cubría el cupo de cinco faltas cuando quedaban casi dos minutos por disputarse.
Sin embargo, tuvo en las botas de Ale de Paz la opción de enviar el encuentro a los penaltis, pero las de A Mariña supieron aguantar para hacerse con su sexta Supercopa.