No funcionó el "experimento" extraño que Luisito ordenó de forma difícilmente comprensible a estas alturas de liga. El técnico de Teo decidió que para hacer frente a un Sporting B con el agua al cuello, lo mejor era cambiar a su equipo y hacerlo jugar con un sistema 4-3-1-2 en el que Queijeiro deambulaba trotando de un lado para otro, sin entrar casi nunca en contacto con el balón, y en el que Bello hacía de supuesto enganche con Borjas y Hugo.
Y eso que el equipo asturiano justificó las razones de su delicada situación. En lugar de fútbol, lo visto en Pasarón se parecía al tenis, exclusivamente porque parecía estar prohibido que dos jugadores del mismo equipo tocasen de forma consecutiva el balón, empañados en pases al contrario y pelotazos sin ningún sentido que siempre acababan en poder del rival para que este repitiese la historia.
El desconcierto de la supuesta línea de creación granate, facilitó una acción individual de Mera (minuto 14), o más bien un disparo lejano, al no tener a nadie con quien combinar, que desde unos 30 metros sorprendió a Edu, colándose a media altura junto al poste.
Sin apenas nada, el Sporting B se había adelantado en el marcador, pero ello no sirvió para despertar a un Pontevedra, que a los 20 minutos recibía los primeros silbidos de desaprobación de la grada. Luisito decidió que el "invento" no funcionaba y puso a calentar a Pedro, Mouriño y Jandrín, volviendo al sistema habitual de 4-2-3-1. La película ya se había visto. Lo que nadie o muy pocos pensaban era que el técnico local se empeñase ante la falta de acierto de ocasiones anteriores, en repetir guión y protagonistas.
Así se llegó a la media hora sin una sola jugada ni llegada al área y con el creciente enfado de la grada. Luisito decide que ya es hora de intentar reparar el desaguisado y hace dos cambios, dando entrada a Jandrín y Mouriño, en lugar de Bello y Quejeiro. Dos jugadores quedaban señalados, aunque no eran los únicos con méritos para tal cosa.
Las sustituciones dieron el dominio al Pontevedra, pero los errores individuales y colectivos seguían. Álex Fernández probaba fortuna (el primer y único disparo a puerta de los locales, a los 35 minutos. El balón se marchó fuera. El descanso fue un alivio, con la esperanza de que el paso por vestuarios sirviese para arreglar un partido lamentable, posiblemente el peor en muchísimo tiempo.
Pero si los comienzos del segundo tiempo prometían, con un Pontevedra ganando metros, con menos errores y con más velocidad en sus acciones, la mejoría fue un espejismo. Cierto que le dio para al menos lograr el empate. Lo hizo en una llegada de Hugo hasta la línea de fondo, que Álex Fernández remató de cabeza en plancha, llegando desde atrás.
Quedaba un mundo por delante, pero, pese a las mejores intenciones y un poco más de intensidad, el desacierto volvió al cesped y el dominio no se tradujo en ocasiones de gol, a pesar de la debilidad que apuntaba la zaga asturiana.
Por si fuera poco, Borjas pagó su lucha constante con una segunda amarilla, rigurosa, que le costó la expulsión. En superioridad el último cuarto de hora, los visitantes intentaron irse arriba, lo que sólo sirvió para confirmar sus carencias y redondear un partido para olvidar.
PONTEVEDRA CF (1): Edu; Adrián, Campillo, Bruno (Jacobo, minuto 71), Verdú; Kevin Presa, Queijeiro (Mouriño, minuto 31), Álex Fernández; Bello (Jandrín, minuto 31); Hugo y Borjas.
REAL SPORTING DE GIJÓN B (1): Dennis; Cifre, Alberto, Julio, Víctor; Mario, Cyre (Pedro, minuto 64); Guille (Fran, minuto 59), Jaime (Pablo, minuto 82), Mera; y Mendi.
Árbitro: Abraham Domínguez Cervantes (Andalucía), auxiliado en las bandas por Juan Antonio Corrales García y Alberto García González. Expulsó al jugador del Pontevedra, Borjas, por doble amonestación (minuto 74). Amonestó a Adrián, Jacobo y Pedro García (en el banquillo), por el Pontevedra, y a Alberto, Mario y Cifre, por el Sporting B.
Goles: (0-1) Minuto 14: Mera. (1-1) Minuto 52: Álex Fernández.
Incidencias: Estadio Municipal de Pasarón. Unos 1.600 espectadores.