Gran ambiente el vivido este domingo 24 de julio en la Boa Vila con la celebración de la Copa del Mundo de Triatlón.
Era sólo la antesala de lo que llegará en 2023 con la Gran Final de las Series Mundiales, pero un apertivio de gran nivel con la oportunidad de ver en directo las evoluciones de los deportistas llamados a dominar el triatlón internacional los próximos años.
La jornada amaneció con niebla sobre la ría, acompañando a la tempranera carrera élite femenina.
Esa capota se fue levantando conforme se aproximaba la prueba élite masculina, que congregó a muchos aficionados por las calles, principalmente en el entorno del puente de los Tirantes y el Centro Galego de Tecnificación Deportiva, donde estaba situada la línea de meta.
Además en los puntos emblemáticos del centro de la ciudad, por donde pasaba el recorrido a pie, los amantes del deporte se mezclaban con turistas y visitantes propios de estas fechas.
En definitiva, un test que Pontevedra ha pasado con nota a la espera del que será el mayor evento deportivo de los organizados nunca por la ciudad. Pero ese será otro cantar. Que llegue ya 2023.