El fútbol sala, al igual que el resto de deportes de contacto en Galicia, sigue parado. Sin posibilidad de entrenar con normalidad, ni disputar partidos amistosos y sin conocer cuándo se iniciarán las competiciones, las directivas de Leis y Poio Pescamar decidieron suspender el regreso de sus jugadores a los entrenamientos hasta que se conozca la fecha de la primera jornada de liga y se apruebe un protocolo que permita trabajar a todos los clubes en igualdad de condiciones.
El conjunto conservero ya había acordado esta decisión a principios de agosto después del primer aplazamiento de la Primera División del fútbol sala femenino nacional. Ahora es el Leis el que sigue el mismo camino con un anuncio a través de sus redes sociales en el que comunica a sus seguidores que "aplaza el inicio de pretemporada en todas las categorías hasta que se establezca una fecha de inicio de competición real, un protocolo seguro y una cobertura legal válida para los clubes".
El cuadro pontevedrés remarca que "para nosotros la salud y seguridad de los integrantes de nuestro club es la única prioridad" por lo que la vuelta a las canchas se llevará a cabo "con una antelación de cuatro o cinco semanas, una vez conocida la fecha de inicio de competición".
Por su parte, el presidente del Poio Pescamar, Juanjo García, confiesa que el protocolo común para todos los deportes de contacto está proximo a aprobarse, de hecho este viernes, representantes de varias federaciones se reunirán con el COE para darle el visto bueno a un documento transversal e imprescindible para el regreso del deporte en España.
"Nuestra idea es empezar a entrenar antes del 10 de septiembre y ya con contacto", revela García con la esperanza de que la pandemia permita cumplir los plazos previstos e iniciar la liga alrededor del 15 de octubre.
Mientras tanto, las integrantes del primer equipo rojillo se mantienen en sus domicilios y realizando entrenamientos individuales por su cuenta.