Partidos a puerta cerrada hasta el 18 de enero en el balonmano gallego

Sanxenxo
17 de diciembre 2024
Actualizada: 17:35

"No queremos que se normalicen los insultos, las protestas o las agresiones", ha señalado la Federación Galega justificando la medida tras el grave suceso acontecido el fin de semana en Vilalonga

Pista do pavillón de Vilalonga Concello de Sanxenxo

La Federación Galega de Balonmán ha tomado una contundente decisión como respuesta al episodio violento vivido el fin de semana en un partido de categoría cadete femenina en Vilalonga, en el que un familiar del árbitro del encuentro tuvo que ser evacuado en ambulancia tras sufrir una fractura craneal.

Tras una reunión mantenida con clubes, árbitros y la junta directiva de la propia federación, se ha decidido que todos los partidos oficiales de ámbito autonómico se jueguen sin público, a puerta cerrada, hasta el próximo 18 de enero.

Se trata de una medida que pretende sensibilizar a todo el balonmano gallego contra la violencia.

"No queremos que la seguridad en nuestro deporte sea un problema; no queremos que se normalicen los insultos, protestas o agresiones; no queremos que nadie tenga que exponer su integridad física para evitar hechos tan preocupantes como lo ocurrido; no queremos tener que educar a los adultos; no queremos tener que exigir sentido común y respeto", ha explicado en un comunicado la Federación Galega justificando la medida adoptada.

"Sólo buscamos la formación y el disfrute de nuestras federaciones, y de todas aquellas personas que acuden a los pabellones conscientes de que somos el ejemplo a seguir para nuestra juventud", añade.

La decisión de jugar a puerta cerrada, aseguran, busca provocar una reacción en las instituciones que rigen el balonmano y el deporte.

Avanza además la Federación que varios clubes gallegos de categoría nacional han mostrado su intención de apoyar la iniciativa.

Por último en su comunicado, la Federación Galega de Balonmán pide el apoyo del balonmano nacional, de todas las instituciones y aficionados, para que lo sucedido en Vilalonga suponga un punto de inflexión "y represente el cambio tan necesario que todos queremos para nuestro deporte".