Solo 12 goles a favor llevaba el Compostela en 23 jornadas. Eso no fue obstáculo para que en un partido consiguiese la cuarta parte de esa cantidad, aprovechando las incomprensibles facilidades que le dio un equipo como el Pontevedra que hasta ahora se había distinguido precisamente por su solidez e intensidad defensiva, que le habían llevado a ser el segundo equipo menos goleado del grupo.
Y pudo ser peor la cosa para los granates, puesto que el equipo compostelano dispuso de un penalti en el tiempo de descuento para ampliar el marcador. Edu, que había contribuido con un grave error en el segundo tanto local, compensó su falló desviando el disparo de Bicho para impedir el cuarto gol de un Compostela que fue mejor y superó a los de Luisito en todas las líneas.
Fue un Pontevedra irreconocible. Sin ideas ni fútbol. Con graves fallos de concentración defensiva. Sorprendido en la puesta en escena por la apuesta del técnico blanquiazul, Fredi, que dispuso una línea defensiva de tres centrales para poblar la zona ancha y ganar allí la superioridad.
Le salió a la perfección. Su equipo se hizo dueño del balón, supo adaptarse al estado del campo, casi imposible para la conducción a medida que iba acumulando agua sobre el cesped, y dominó hasta inclinar la balanza, para luego defenderse sin agobio alguno, saliendo en contras con mucho peligro, aprovechando el naufragio de una línea central visitante que nunca encontró su sitio sobre el terreno, ni para hacer el balance defensivo, ni para surtir de balones a sus hombres de arriba.
Más necesitado de los puntos, el Compostela salió decidido a olvidar su delicada posición. Y la verdad es que los locales acreditaron después de mucho tiempo el potencial que se le suponía al comienzo de temporada. Cierto es que a ello contribuyó mucho el Pontevedra, desafortunado en las jugadas de los tres goles y prácticamente nulo en ataque, tanto que únicamente en los últimos cinco minutos del primer tiempo fue capaz de llevar peligro a la meta de Pato.
Sin que hubiese pasado nada, pero con el Compostela dominando territorialmente, el gol que abría el marcador llegaba mediado el primer período. Lo hacía de una forma que empieza a ser preocupante, ya que el Pontevedra está concediendo demasiadas facilidades en las acciones a balón parado. Catú, de cabeza, ganó la acción y la posición al borde del área de meta a Jacobo y Kevin Presa, para rematar de cabeza a la salida de un corner.
Apenas dos minutos más tarde pudo llegar el segundo. Fue como consecuencia de un error en el despeje a la salida de otro corner. Guillem Martí mandó el cuero rozando el poste.
Más clara sería la siguiente. Seguían los graves fallos defensivos y esta vez fue Verdú quien dio una patada al aire al querer despejar un balón fácil, minuto 38. Guillem Martí se encontró con el balón absolutamente solo, al borde del área pequeña, pero falló la de Cardeñosa, mandando su remate fuera.
Como si esa acción despertase por fin a los granates, el Pontevedra tuvo sus escasos cinco minutos de inspiración en todo el partido. Llevado por Jacobo, de los pocos que se salvan del tono gris del equipo, el de Bueu en una acción individual pone a prueba a Pato, que tiene que estirarse para rozar lo justo y mandar el balón a la esquina.
Para llegar a esa primera ocasión hubo que esperar al minuto 41 y uno más tarde llegaba la segunda y casi última aproximación seria de los visitantes. Capi pudo empatar, al recibir un balón solo, tras un rechace a la salida de un corner, pero no acertó a meter el pie y Pato salvó con el pecho.
La segunda parte comenzó con un Pontevedra ligeramente más adelantado y un tímido intento de Borjas, que quiso sorprender a Pato desde medio campo, pero su lanzamiento salió desviado. Luisito dio entrada a Álex Fernández por un gris Queijeiro.
El técnico buscaba dar la vuelta al partido haciéndose con el control de la pelota, pero su apuesta se fue pronto al traste en una acción desafortunada de Edu, en la que la defensa pecó también de falta de intensidad. Una falta lateral (minuto 51), se la come el portero en el despeje, mandando el balón contra el larguero. El rechace le cae entre una nube de jugadores a Catú, que no perdona desde cerca.
El partido estaba sentenciado ante la falta de llegada que estaba teniendo el Pontevedra. Ni la entrada de Pablo Carnero ni la de Jandrín dieron el resultado esperado, y el Compostela ampliaba la cuenta, cerrando la goleada con un tercer gol (minuto 61) conseguido por Manu Rodríguez, al recibir un pase interior, absolutamente libre de marcaje en un grave error defensivo, batiendo a Edu por alto.
Con el equipo roto, el Compostela pudo ahondar en la herida. Lo evitó Kevin Presa con un par de cruces providenciales, pero lo pagó caro en el descuento, cometiendo un claro penalti sobre Camacho que le costó la segunda amarilla y la expulsión. Edu al menos evitó el cuarto gol local, mandando el disparo de Bicho a corner, en la mayor derrota encajada por el Pontevedra en toda la "era Luisito".
SD COMPOSTELA (3): Pato; Josu, Portela, Catú, Jimmy; Sergio Sánchez, Javi Moreno; Manu Rodríguez, Jordan (Camacho, minuto 72), Goti (Bicho, minuto 67); y Guillem Martí (Chiño, minuto 83).
PONTEVEDRA CF (0): Edu; Adrián, Campillo (Jandrín, minuto 59), Capi, Verdú; Kevin Presa, Queijeiro (Álex Fernández, minuto 46); Antonio Bello, Hugo Rodríguez (Pablo Carnero, minuto 53), Jacobo; y Borjas.
Árbitro: Leandro Carbajales Gómez (Asturias), auxiliado en las bandas por Omar Mata Areces y Francisco García Riesgo. Expulsó por doble amonestación al jugador del Pontevedra, Kevin Presa (minuto 91). Amonestó a Goti, Catú y Josu, por el Compostela, y a Queijeiro, Álex Fernández, Capi y Antonio Bello, por el Pontevedra.
Goles: (1-0) Minuto 24: Catú. (2-0) Minuto 51: Catú. (3-0) Minuto 61: Manu Rodríguez.
Incidencias: Estadio Municipal de San Lázaro (Santiago de Compostela). Unos 900 espectadores.