Fue una tarde intensa. La vuelta a los entrenamientos del Pontevedra tras el desastre de A Laracha tuvo muchas conversaciones pero poco trabajo deportivo. Se trataba de analizar la situación y estudiar posibles soluciones. A medida que iban llegando los jugadores se palpaba la tensión en el ambiente.
El cuerpo técnico sale del vestuario y se queda en los escalones de la grada, hablando entre ellos. Mientras, los jugadores en el interior esperaban la llegada del presidente, José Manuel Fernández. Una vez en el recinto, el máximo mandatario, acompañado del director deportivo, Milo Abelleira, se encerró con la plantilla. Por espacio de 15 minutos estuvo hablando con los jugadores, a los que les pidió implicación y entrega total, a la vez que les transmitió la preocupación del consejo por la marcha del equipo.
José Manuel Fernández quiso dar imagen de serenidad ante los medios de comunicación, e incluso habló brevemente para indicar que el técnico tenía el respaldo total del consejo y que su continuidad no se cuestionaba. Pero algo debió haber pasado en el interior del vestuario en las reuniones posteriores.
Porque tras la salida de presidente y director deportivo, los jugadores permanecieron en el vestuario hablando entre ellos. Esa segunda reunión duró cerca de los 30 minutos. A su conclusión solicitaron la presencia del entrenador y restantes miembros del cuerpo técnico. Otros 15 minutos de charla tensa, tras los cuales todos se dirigieron al campo para realizar un entrenamiento muy ligero.
Las caras reflejaban seriedad. Aunque nadie quiso reconocerlo, e incluso el capitán, Caco, habló en nombre de sus compañeros recurriendo al tópico de que la plantilla está con su entrenador, lo cierto es que la confianza entre jugadores y técnico parece haberse quebrado de forma grave, especialmente molestos por las declaraciones de Nando, ya repetidas en varias ocasiones, en las que acusaba al equipo de falta de actitud tras alguna derrota como la del domingo.
Nando, por su parte, se retiró al vestuario sin querer realizar comentario alguno. La respuesta la dará el martes. A las 10 de la mañana se reúne en las oficinas de Pasarón con Milo Abelleira. Mientras, esta noche, consultará con la almohada la decisión a adoptar. No habrá cese, eso parece seguro, pero en cambio es más que probable que sea el propio Nando quien abandone, presentando su dimisión.
Por la noche, el mismo martes, el consejo analizará la situación en una reunión de trabajo, así se anuncia, en la que es de esperar que además de la delicada situación deportiva, de una vez por todas se den a conocer las cuentas del club de la pasada temporada.