Manuel Fontán y Pablo Graña, la nueva esperanza olímpica pontevedresa

Pontevedra
19 de abril 2023

La pareja formada por los palistas del Náutico O Muíño y del Náutico Rodeira llevan cuatro años compitiendo como equipo y hace una semana dieron un primer paso hacia su clasificación para París 2024 al lograr una de las dos plazas disponibles para el equipo español en el C2-500 de la Copa del Mundo del próximo mes de mayo en Szeged, donde competirán por un puesto en el mundial

Manuel Fontán y Pablo Graña, palistas que buscan la clasificación para los Juegos Olímpicos de París 2024
Manuel Fontán y Pablo Graña, palistas que buscan la clasificación para los Juegos Olímpicos de París 2024 / Mónica Patxot

El selectivo disputado hace una semana en el embalse asturiano de Trasona ha dado a luz a una nueva joya del piragüismo pontevedrés. Para los más aficionados al deporte de la canoa, la explosión de Manuel Fontán y Pablo Graña no es ninguna sorpresa, pero muchos han descubierto a esta prometedora dupla por haber batido a dos de los barcos más fuertes del piragüismo nacional en una competición feroz por comenzar con ventaja la carrera olímpica.

Manuel Fontán (2001) del Náutico O Muíño y Pablo Graña (1999) del Náutco Rodeira compiten juntos desde hace cuatro años. El año pasado ya compitieron de tú a tú con embarcaciones mucho más curtidas en el calendario internacional como las de Joan Antoni Moreno y Adrián Sieiro o los olímpicos Cayetano García y Pablo Martínez. En aquella ocasión se quedaron fuera del mundial por escasas décimas, esta vez el trabajo duro de los últimos años ha dado sus frutos.

"Sabíamos que podíamos ser tanto primeros, como segundos, terceros o cuartos. Las dos semanas anteriores estuvimos entrenando en Verducido tanto con Joan y Sieiro como con Noel y Diego y la verdad es que estábamos todos iguales", reconoce Fontán.

A la hora de la verdad, la suerte les sonrió a ellos. "Sabíamos que íbamos a ser competitivos pero que al final se iba a decidir por pequeños detalles", añade Graña.

En la jornada del pasado miércoles, cuatro canoas se jugaban a una sola carta buena parte de sus aspiraciones olímpicas. Y la incertidumbre no podía ser mayor. El nivel de cuatro de los ocho contendientes era tan parejo que el mas mínimo detalle podría desequilibrar la balanza. Y por si fuera poco, la jornada estuvo marcada por el viento, el oleaje, la gripe del pequeño de los Domínguez, cambios repentinos en el horario, dificultad para calentar y una avería en el sistema de salida. 

"No sabíamos si íbamos a poder competir, podían anularlo. Eso afecta psicológicamente", afirma el de O Muíño."Mucha gente no salió a precalentar porque con la lluvia que había era contraproducente. La incertidumbre fue lo más difícil", puntualiza el del Náutico de Rodeira.

Al final se dio el pistoletazo de salida y Fontán y Graña fueron de menos a más, primero dieron caza a Moreno y Sieiro y a punto estuvieron de superar a los sevillanos Tano y Pablo. "Las condiciones nos perjudicaron porque hicieron una carrera lenta y a nosotros nos favorecen unas más rápidas", confiesan ambos marcando la salida y el primer tramo de los 500 metros como su punto más fuerte.

El billete para Hungría era para los dos primeros barcos, pero en Szeged la dupla del CGTD sí que tendrá que darlo todo por batir al dúo andaluz. "Ahora nos jugamos la plaza para el mundial, tenemos que ganarle al barco de Pablo y Tano", sostienen ambos con determinación y confianza. El desenlace se conocerá dentro de un mes.

El dominio del piragüismo pontevedrés en la canoa no es casualidad y tanto Fontán como Graña no dudan en señalar al responsable. "Daniel Costa está haciendo un trabajo excepcional y formando un grupo muy bueno. El grupo empuja a cada uno y hace que se consigan buenos resultados individuales", sostiene Pablo Graña sobre el técnico responsable de la canoa sub 23 del equipo nacional y entrenador del Centro Galego de Tecnificación Deportiva. 

La clasificación de su C2 para la Copa del Mundo no ha sido el único éxito de la pasada semana. Tras los Trials Olímpicos, tuvo lugar la Copa de España en la que Adrián Sieiro se sacó la espina del miércoles anterior logrando un doblete de oro. Primero en solitario en la prueba del C1-500 que le abrió la puerta a los Juegos Europeos y después haciendo equipo con Fontán para anotarse el triunfo en el C2-200. También brilló Pablo Graña, medalla de oro en el C1-200; y los hermanos Diego y Noel Domínguez, primeros en el C2-1000. Ademas tanto Diego Domínguez como Adrián Sieiro se colgaron el bronce en las pruebas del C1-500 y C1-200, respectivamente.

Unos resultados que confirman la teoría de Pablo Graña de que el nivel del C2-500 en España es "muy bueno" y que "el barco que gane estará para competir por el oro mundial". En este sentido, el palista del Rodeira remarca que la reducción de disciplinas olímpicas en la canoa ha sacado a "relucir el talento que había en España en esta distancia".

Una distancia en la que Fontán y Graña, a pesar de haber demostrado ser uno de los dos mejores equipos del país, prefirieron no celebrar en exceso en una señal de respeto y amistad hacia el resto de competidores. "Son momentos difíciles en los que no puedes celebrar de manera exagerada porque son tus compañeros y tus amigos. Y más con el tiempo que hubo, porque fue un selectivo bastante dificil como para demostrar emociones. Al final siempre hay alguien que gana o pierde y el que gana tiene que ser lo más deportivo y amigable", concuerdan los dos palistas pontevedreses que en mayo volverán a protagonizar una carrera fraticida. Fontán y Graña contra Tano y Pablo, solo puede quedar uno.