El Club Cisne Balonmano empieza con mal pie la fase por el ascenso a Liga Asobal después de estrellarse contra un Ibiza que dominó el duelo desde el pitido inicial. El conjunto pontevedrés fue a remolque en todo momento y la precipitación y el nerviosismo en los minutos decisivos le privó de la remontada.
Se complicó el Cisne nada más comenzar el encuentro en su intento de buscar a Mateo Arias en el extremo izquierdo, cometiendo varias pérdidas de balón que, sumadas a las paradas del muro Jorge Broto se veían con el marcador en contra 1-5 a los seis minutos de juego.
Paró el tiempo Jabato obligado a revertir la situación y rompió la mala racha cisneísta de cara a gol con un potente lanzamiento de Pombo. Pero seguía frío el conjunto pontevedrés, castigado por un Ibiza más activo en defensa que ampliaba la renta de diferencia con el paso de los minutos (3-9).
Las cosas que se veían en la cancha seguían sin gustar al técnico del líder. Paró el cronómetro una vez más y movió ficha con el fin de reajustar a sus jugadores, incapaces de encontrar inspiración de cara a portería.
Alcanzada la recta final de la primera mitad pareció llegar la reacción pontevedresa. Los inspirados Dani Neves y Carlos Álvarez y la buena defensa blanca permitió al Cisne reducir distancias en hasta cuatro goles y así llegar al descanso con un parcial de 12-16.
La segunda parte comenzó con un intercambio de golpes. Álex Chan era el encargado de mantener vivo al Cisne y ofrecer un recital en ataque, al menos durante los primeros minutos, cuando el cuadro pontevedrés se colocó a tres tantos del empate (16-19).
No obstante, lejos de seguir en su buena línea, fue el conjunto visitante el que realizó un nuevo arreón para devolver la renta de cinco goles al luminoso, obligando la reacción a un Cisne que necesitaba ganar para mantener su liderato de grupo por el ascenso a Asobal.
Con el paso de los minutos fue apareciendon los rodillos Álex Chan (7 goles) y Carlos Álvarez (8 goles), que permitían a los pontevedreses reducir distancias en dos goles a falta de 12 minutos para la conclusión (24-26).
Tenía esperanza el cuadro local de obrar la remontada. Sobre todo cuando aparecía la figura de Pablo González bajo palos y parecía dar alas a los suyos, castigados por la precipitación de cara a portería motivada por la prisa que los hacía cometer errores en el último instante y que los complicaba una vez más (24-29).
Quedaban 8 minutos y Jabato pidió tiempo muerto en busca de una reacción urgente que llegó tarde, mientras el Ibiza lo único que tuvo que hacer fue administrar la renta conseguida hasta el momento para sentenciar el duelo en 27-31 y conseguir la primera victoria de la segunda fase.