Más de una semana después de su celebración, la satisfacción sigue siendo máxima en Pontevedra por cómo transcurrió la Gran Final de las Series Mundiales de Triatlón, un reto mayúsculo a nivel organizativo y de una enorme trascendencia.
Así se adivina de hecho en las cifras dadas a conocer por la Federación Española de Triatlón, y que dejan ver la magnitud del que ha sido el mayor evento deportivo de la historia de la Boa Vila.
Más allá de los 2,8 millones de euros de presupuesto, para hacerlo posible fue necesaria la implicación directa de hasta 1.500 personas, que trabajaron para que todo saliese a la perfección. Ahí se incluyen 100 miembros del staff organizativo divididos en áreas de trabajo (coordinación general, montaje de circuitos, áreas de competiciones y administración, marketing, comunicación, sostenibilidad…). Además se contó con cerca de 800 voluntarios en diferentes labores y más de 700 fectivos de la Brilat y Escuela Naval de Marín centrados en la labor de seguridad junto a otras 20 personas distribuidas en los controles de acceso y seguridad de las sedes.
La seguridad fue de hecho una de las obsesiones, con más de 4.000 vallas desplegadas por la ciudad. En ellas se desplegaron hasta 3.000 metros de lonas publicitarias y se colocaron más de 5.000 metros cuadrados de moqueta. Además, tres grandes pantallas, una de ellas de más de 50 metros cuadrados, ofrecían información e imágenes al público asistente.
A este despligue se suman los 80 profesionales trasladados a Pontevedra dentro del operativo de Radio Televisión Española para la retransmisión de las principales carreras, y los más de 100 periodistas acreditados para seguir la Gran Final en vivo.
Por otro lado a nivel deportivo la organización cifra en casi 3.000 los deportistas que compitieron en Pontevedra, procedentes de 63 países. Para ellos principalmente fueron destibadas hasta 50.000 botellas de agua, más de 21.000 refrescos, más de 1.000 litros de bebida isotónica, más de 2.500 piezas de fruta, más de 3500 barritas energéticas o más de 1500 donuts y 300 empanadas.
A todos estos números se sumço finalmente uno de los más importantes, la del apoyo ciudadano, y es que se estiman en 40.000 las personas que vivieron en directo en las calles de Pontevedra la carrera élite masculina el sábado 23 de septiembre, una cifra ligeramente mayor a la del domingo, que fue igualmente espectacular.