Cinco jornadas después el Pontevedra vuelve a ganar. Lo hizo precisamente frente al rival con el que comenzó su escalada en la primera vuelta. Y no sin apuros ni dificultades. Con fútbol en la primera parte. Con mucha fortuna en la segunda. Un gol de Hugo a los 17 minutos decidió un partido no exento de polémica, que pone a los de Luisito a tiro de piedra del primer objetivo del año, los 45 puntos en que se cifra la permanencia, y que hizo estallar al técnico de Teo en sala de prensa, para protestar por el elevado nivel de exigencia y presión a la que, según él, se ve sometido su equipo en los últimos tiempos.
Mucho mérito lo realizado hasta ahora por los granates. Que nadie pierda el norte. No hay que renunciar a nada, pero tampoco negar el mérito a un grupo de jugadores y cuerpo técnico que están realizando una campaña que supera las más optimistas expectativas iniciales.
Sin un dominador claro, la primera parte discurrió entre una cierta superioridad territorial del Coruxo, que únicamente se traducía en forzar saques de esquina (hasta seis llegó a lanzar) y la peligrosidad de los cuatro hombres de arriba del Pontevedra. Porque ahí estuvo la clave del resultado al descanso. Cuando los granates conseguían hacer llegar el balón a Jacobo o Antonio Bello, la sensación de peligro y de que algo podía pasar era permanente.
Así llegó precisamente el gol que adelantaba a los granates, en la primera aproximación seria al área rival. Antonio Bello recibe junto a la línea de fondo, rompe la cintura de su marcador, Bastos, con un regate perfecto, y pone un centro medido al segundo palo, donde aparece Hugo para meter el pie, arrojándose al suelo y batir a Brais, que nada pudo hacer. La conexión jerezana funcionaba por primera vez.
Pudo llegar el segundo en un robo de Jacobo, antes de la media hora, pero Borjas, que había regateado al meta local, estaba más adelantado que la defensa, según apreciación del asistente, que invalidó la acción.
El Coruxo empujaba pero sin mucho criterio a la hora de iniciar las jugadas, y el Pontevedra, que llegaba menos, seguía haciéndolo con más peligro. El siguiente intento fue de Borjas, desde la frontal. Su disparo le salió muy centrado y Brais atajó sin dificultad.
La única ocasión de verdadero peligro local llegaba a raíz de un corner, el talón de aquiles granate en los últimos partidos. Lo botó Antúnez, la defensa granate se despistó en los marcajes y Tirane Ba remató de cabeza absolutamente solo desde el borde del área de meta, pero al centro, donde Edu respiró aliviado.
Lo sucedido en la segunda mitad no tuvo nada que ver. Roto el equilibrio táctico en la zona ancha de los primeros 45 minutos, la sensación de peligrosidad del Pontevedra se diluyó y el Coruxo empezó una especie de acoso constante, sin llegar al derribo, del muro granate. Desde el primer instante los vigueses se fueron a por el empate, pero se encontraron con Edu y con la 'Virgen Peregrina', que ejerció de protectora de los intereses pontevedreses.
Cierto que las dos primeras ocasiones serias serían para los de Luisito. Borjas en una contra encara a Brais, que salva con los pies, y luego el mismo Borjas cae en el área, empujado claramente por Cifuentes, sin que el árbitro señale el claro penalti, quizás porque un instante antes había perdonado la segunda amarilla, en una entrada imprudente de Pedro García.
A partir de ahí, el partido se convirtió en un rosario de ocasiones desperdiciadas por los de Rafa Sáez. Alberto García, a puerta vacía, mandó su remate desviado. Pedro Vázquez, con poco ángulo, pone a prueba los reflejos de Edu, que salvó con los pies. El mismo Pedro Vázquez vuelve a encontrarse con la oposición del meta visitante, que rechaza un nuevo disparo en muy buena posición.
Los saques de esquina eran otro calvario para los granates. En este segundo tiempo cedieron ocho más (14 en total) y en uno de ellos Ortiz mandó el balón alto, cuando estaba solo en el segundo palo.
En la recta final reapareció la polémica. A falta de cuatro minutos un balón da en el brazo de Hugo dentro del área. Pareció penalti, pero el colegiado no vio voluntariedad. Como tampoco la vio en la última jugada del partido, cuando un balón colgado sobre el área visitante golpea en el brazo de Pedro García. El Pontevedra rompía así, con trabajo y sufrimiento, una racha de cinco jornadas sin ganar y se queda a sólo tres puntos, una victoria, del objetivo inicial de la temporada, 45 puntos, en los que se cifra la salvación.
CORUXO F.C. (0): Brais; Bastos, Cifuentes, Alberto García, Pablo García (Ortiz, minuto 70); Birane Ba, Santi Comesaña; Adrián Armental, Antúnez, Pedro Vázquez; y Rafa Mella.
PONTEVEDRA C.F. (1): Edu; Adrián, Campillo, Capi (Pablo, minuto 51), Verdú; Pedro García, Álex Fernández; Hugo, Jacobo (Jandrín, minuto 65), Antonio Bello (Mouriño, minuto 76); y Borjas.
Árbitro: Fernando Román Román (Castilla-León), auxiliado en las bandas por Víctor Gómez Díez y Gorka Mazo Maruri. Amonestó a Pedro Vázquez, Cifuentes y Ortiz, por el Coruxo, y a Antonio Bello, Adrián, Campillo, Pedro García, Jacobo y Hugo, por el Pontevedra.
Goles: (0-1) Minuto 17: Hugo.
Incidencias: Campo de O Vao (Coruxo-Vigo). Unos 600 espectadores, con numerosa presencia de seguidores visitantes.