El Pontevedra tendrá que completar esta temporada más kilómetros que de costumbre. La insólita composición del grupo I de la Segunda B, que por criterios geográficos solía integrar a los equipos del noroeste peninsular y también a los canarios por su buena conexión aérea con la capital de España, saltó este año por los aires con la inclusión del Melilla, que solo había competido una vez contra estos clubes, y los tres equipos baleares que, desde la actual división en cuatro fragmentos de la categoría a finales de los ochenta, nunca habían disputado partidos de liga regular con los gallegos.
Cada verano la confección de los grupos genera polémica entre los equipos de la división de bronce del fútbol español y cada federación territorial presenta su propia propuesta, aunque siempre suele aprobarse aquella que encabezan las agrupaciones con más influencia o apoyos. Los equipos gallegos propusieron para la próxima campaña un grupo compuesto por navarros, castellano leoneses, cántabros, asturianos y gallegos. Pero el proyecto fracasó y ahora el Pontevedra y los otros tres equipos de Galicia se ven obligados a completar más de 25.600 kilómetros en desplazamientos que obligarán a reajustar la preparación física, las concentraciones e incluso el presupuesto, a pesar de que la Federación asegura que los viajes a las islas no los penalizarán.
El viaje más largo que tendrán que afrontar los de Luismi la próxima temporada es el que los lleve a Gran Canaria para disputar el partido contra el Las Palmas Atlético. Alrededor 3.600 kilómetros completarán vía aérea, con escala en Madrid, los jugadores granates. Una planificación similar tendrá el desplazamiento a Melilla. Los 2.500 kilómetros que separan la capital pontevedresa de la ciudad autónoma y la falta de una conexión directa desde Galicia obligará al club a hacer una parada en la capital.
Hay más opciones para cubrir los 2.600 kilómetros que separan Pontevedra y Mallorca o Ibiza, puesto que desde el aeropuerto de Santiago hay conexiones directas con Palma.
La planificación de los viajes y el horario de los partidos influirá también en las sesiones de entrenamiento y en la preparación de los partidos por parte de Luismi. Será habitual que el equipo parta de Pontevedra los viernes para disputar la jornada el domingo. Pero la hora del partido y las conexiones aéreas podrían retrasar el viaje de vuelta al lunes, con lo que la rutina habitual de dar descanso a la plantilla los martes se vería alterada.
Más acostumbrado está el club a viajar a Madrid, adonde tendrá que desplazarse este año en siete ocasiones. Los 1.200 kilómetros, ida y vuelta, que separan ambas ciudades los recorrerán por carretera. Al igual que sus salidas a Asturias. El Pontevedra visitará cuatro veces el Principado para cubrir, de media, unos 780 kilómetros en autobús en cada viaje.
Las únicas salidas en las que el Pontevedra no tendrá que recorrer menos de 250 kilómetros son las visitas al Coruxo y al Celta B, puesto que para ir y volver de Ferrol, ciudad del otro club gallego de la categoría, hay que cubrir 260 kilómetros por carretera.
En comparación con el curso anterior, el equipo granate recorrerá esta temporada 6.000 kilómetros más. El año anterior el volumen de kilómetros acumulado se quedó en 19.600, pero salvo a Canarias siempre viajó por carretera. Este curso, al menos, el viaje en avión será más cómodo.