Una plantilla integrada exclusivamente por jugadores gallegos. En total 19 hombres que consiguieron devolver al Pontevedra a la categoría de bronce del fútbol español al tercer intento. No sin sufrir previamente (y mucho), como ya se ha comentado estos días, en una eliminatoria frente al CD Mensajero, de la que fueron protagonistas directos.
Dos de ellos, José Emilio, redondelano, capitán de aquel recordado equipo, extremo izquierdo, poseedor de una zurda con una calidad pocas veces vista en Pasarón, y Churruca, lateral zurdo, de Caldas de Reis, y granate de cuna, no en vano su padre también vistió la camisola del Pontevedra CF. Ambos cuentan para los lectores de PontevedraViva sus recuerdos de aquella eliminatoria de hace 31 años.
JOSÉ EMILIO
"Un partido para olvidar
Aunque han pasado 31 años, recuerdo con angustia, aquel primer partido de la eliminatoria de ascenso, en la Isla de la Palma contra el equipo del Mensajero.
Teníamos la experiencia previa de haber perdido injustamente las eliminatorias de los dos años anteriores, después de dos temporadas en una categoría que nos quedaba pequeña y que habíamos dominado con clara superioridad. En la primera nos impidió el ascenso el Hospitalet, después de un segundo partido en Pasarón que merecimos ganar con una clara diferencia de goles suficiente para conseguir ascender. En la segunda nos dejó fuera el Eibar después de prórroga y penaltis.
Estas experiencias nos informaban de la desconfianza que había que tener en este tipo de eliminatorias, en las que un mal partido o un revés de la fortuna te apartan del ascenso.
Del Mensajero sabíamos pocas cosas cuando el sorteo nos deparó la sorpresa de tener que jugarnos el primer asalto al ascenso en la Isla de la Palma. Empezaron a llegarnos informaciones que indicaban que la eliminatoria no iba a ser fácil. Un equipo entrenado por un gallego, Lamelo, al que yo había tenido como seleccionador juvenil gallego, que había entrenado al Tenerife y nos conocía. En la plantilla había algunos jugadores conocidos y con experiencia que habían pertenecido a equipos de Las Palmas y Tenerife. Conformaban un equipo fuerte y difícil de vencer en su casa. Eran los tiempos en que la FEF había tenido la ocurrencia absurda de imponer en la alineación inicial a dos jugadores sub 20.
Pero lo peor estaba por venir. Recuerdo la impresión tan negativa que me produjo la llegada a aquel campo excavado entre rocas de lava negra y en el que soplaba un viento infernal, que mucho me temía iba a tener un protagonismo sustancial en el partido.
El terreno de juego era duro como el cemento, no era un campo de tierra, era un campo de lava cubierto por un polvo volcánico que el viento levantaba constantemente.
Nada más comenzar el partido nos empotraron contra nuestra portería y cuando todavía no habíamos despejado un balón, ya estaban atacándonos de nuevo. No conseguíamos salir de nuestra área. A los quince minutos ya perdíamos por dos a cero y en aquel momento pensé que perdíamos la eliminatoria y el ascenso otra vez.
Todavía hoy no me explico como Domingo consiguió marcar aquel gol con el hombro en el primer tiempo. Entre el bote del balón, la dureza del campo y el viento, era imposible hilvanar una jugada y controlar el partido. Sólo defender como buenamente pudimos. Aquel día, el partido y la eliminatoria la salvaron nuestra defensa y el gol de Domingo. Después, con los cambios de los sub 20, durante el segundo tiempo controlamos el partido.
José Emilio: "en Pasarón, después de regarle convenientemente el campo a los canarios, les metimos cinco"
El encuentro terminó 2-1, respiramos de alivio y luego en Pasarón, después de regarle convenientemente el campo a los canarios, les metimos cinco. Un partido que dominamos claramente con goles y buen juego. Una prueba más de muchas de que el fútbol y los resultados dependen de factores no controlables, ajenos al juego y que determinan el discurrir de los partidos.
Aquella eliminatoria nos llenó de confianza para la siguiente frente al Eibar en la que conseguimos, por fin, el ansiado ascenso".
CHURRUCA
"Esta eliminatoria estuvo llena de muchas anécdotas curiosas que hacen que los enfrentamientos con el Mensajero sean singulares. Primero el viaje ya nos dejó imágenes para el recuerdo, vuelo con varias escalas y en la última con un avión de hélice que nos llevó a esta preciosa isla verde.
Churruca: "El campo estaba rodeado de montañas y los aficionados estaban a todo lo largo y alto como en una película del oeste"
Cuando vimos el campo la sensación no fue buena ya que era de tierra-ceniza volcánica. Superficie que veíamos por primera vez. El campo estaba rodeado de montañas y los aficionados estaban a todo lo largo y alto como en una película del oeste. La afición local metió mucha presión y, al no estar habituados al terreno, al bote del balón y a que el equipo rival salió muy enganchado, pronto perdíamos por 2-0.
Poco a poco nos fuimos aclimatando, venciendo la presión y tratando de hacer nuestro fútbol. Al final maquillamos el resultado y perdimos por 2-1.
El partido de vuelta se caracterizó por la gran "tromba de agua" que dejó el campo muy rápido. Esto nos era muy favorable ya que en nuestro equipo contábamos con gente muy rápida que se adaptaba bien al estado del campo. Los canarios no entendían que con más de 30 grados y cielo despejado había "llovido". Pasarón lucía una entrada espectacular con una afición volcada desde mucho antes del inicio y con todas estas
circunstancias el equipo no podía fallar y no falló. Resultado contundente de 5-0.
La primera parte fue igualada pero en la segunda parte, espoleados por nuestra afición, el rival tuvo que claudicar ante nuestro mejor juego.
Estoy seguro que este año tiene que ser. Nuestro equipo, la ciudad y la gran afición granate se merece este ascenso. ¡A por ellos!"