Goleada con sufrimiento previo del Pontevedra (4-1) sobre el Rácing Villalbés

Pontevedra
22 de febrero 2015

Le costó al Pontevedra entrar en el partido, tanto que incluso el Rácing Villalbés se permitió llevar el peso en la primera parte, haciendo que se jugase mayoritariamente en terreno local. Los granates no estaban cómodos sin el balón, pero mantenían el tipo soportados por la impecable labor de Pablo, atrás, y la inspiración de un Pablo Carnero presente en todo lo bueno que lograban crear los de Luisito

Partido entre Pontevedra y Rácing Villalbés en Pasarón
Partido entre Pontevedra y Rácing Villalbés en Pasarón / Diego Torrado
Declaraciones del entrenador del Rácing Villalbés: ÿscar Gilsanz /

Le costó al Pontevedra entrar en el partido, tanto que incluso el Rácing Villalbés se permitió llevar el peso en la primera parte, haciendo que se jugase mayoritariamente en terreno local. Los granates no estaban cómodos sin el balón, pero mantenían el tipo soportados por la impecable labor de Pablo, atrás, y la inspiración de un Pablo Carnero presente en todo lo bueno que lograban crear los de Luisito.

Aún así, las pocas aproximaciones con peligro caían del lado local, que daba el primer aviso a los 10 minutos, en un remate de cabeza de Bruno, a la salida de un corner, que detuvo Viuski con apuros.

Sin conseguir hilvanar juego, el Pontevedra tiene arriba lo que pocos equipos en esta categoría, y cuando se asocian entre ellos suelen pasar cosas interesantes. Lo hicieron Tubo y Pablo Carnero, que metió un balón al espacio que el primero no pudo aprovechar, tapando el meta visitante su remate en muy buena posición.

El Rácing Villalbés buscaba a Rubén Pardo, bien tapado por Pablo, y sacaba partido de su dominio en forma de corners (hasta siete lanzaron en el primer tiempo) y faltas laterales, siempre con el mismo denominador: lanzamiento de Justino, buscando la cabeza de Muiña, desacertado en los balones que consiguió rematar.

Hasta que Pablo Carnero desató la tempestad y desatascó a su equipo. Corría la media hora de juego cuando roba un balón a Muiña, que reclamó una falta del delantero, reclamación que pareció más bien fruto de la desesperación al ver cómo terminaba la jugada. El delantero granate lo hizo casi todo. Se llevó el balón hasta la línea de fondo, recortó en un palmo a Roberto y cedió atrás para la llegada de Mouriño, que empalmó con la derecha, duro, raso y ajustado al palo.

Era el primer gol, que descompuso a los visitantes en la misma medida que dio alas a los granates. Siempre con Pablo Carnero como protagonista y dos ocasiones claras en apenas un minuto, ambas abortadas por excelentes intervenciones de Viuski. La primera en un duro remate, que rechazó el meta, y la segunda en un gran remate de cabeza, a centro de Mouriño, que permitió el lucimiento del portero, volando para mandar el balón a corner.

Lo sucedido en la segunda parte estuvo a medio camino entre la locura y el descontrol más absoluto. Con los dos equipos entregados a un partido roto por el centro, de ida y vuelta constante, en el que ninguno lograba imponer su dominio. Con esas premisas lo mismo podía marcar uno que otro. Lo hizo primero el Rácing Villalbés, que empató aprovechando un error de Bruno, minuto 58. José Varela se fue en velocidad de Rubén Lobato ganando la línea de fondo para ceder a Rubén Pardo, que sólo tuvo que empujar.

La locura siguió y de ella suele sacar provecho el equipo que cuenta con jugadores de más calidad. Lo hizo el Pontevedra, que avisó por medio de Álvaro Muñiz y Tubo, antes de que Pablo Carnero redondease una gran tarde con el gol que volvía a poner en ventaja a los granates. Era el minuto 65 y la jugada nace de una recuperación de Kevin Presa, con un gran pase interior que el delantero no desaprovecha, con la colaboración involuntaria de Roberto, en el que da el balón para describir una parábola y hacer inútil el esfuerzo de Viuski.

Ni así se frenó el tren. Mouriño pudo ampliar la cuenta, pero la más clara la tuvo Mauro Poratti, que pudo empatar en un disparo a bocajarro, minuto 86, que salvó Edu evitando el empate. Y como el fútbol es caprichoso, lo que era una victoria apretada se transformó en goleada engañosa. Había perdonado el Rácing Villalbés y en la jugada siguiente una contra del Pontevedra sentenció el partido. Centrón la puso, Anxo la bajó en el segundo palo fusilando por raso.

Fue la puntilla pero quedaba una guinda inesperada en el descuento. Mouriño forzó una falta en la frontal. Centró la lanzó con fuerza. Viuski rechazó como pudo y Tomas fue el más listo para buscar el balón y rematar de cabeza cerrando el marcador.

PONTEVEDRA CF (4): Edu (2); Adrián (1), Pablo (2), Bruno (1), Rubén Lobato (1); Kevin Presa (1), Álvaro Muñiz (1); Tubo (2), Jacobo (2), Mouriño (2); y Pablo Carnero (3).

Sustituciones: Anxo (2) por Jacobo, minuto 68. Centrón (1) por Tubo, minuto 74. Tomás (1) por Álvaro Muñiz, minuto 84.

RÁCING VILLALBÿS (1): Viuski (3); Dani García (1), Muiña (2), Roberto (2), Pablo (1); Javi Varela (1), Make (1); José Varela (2), Justino (2), Villares (0); y Rubén Pardo (1).

Sustituciones: Mauro Poratti (1) por Villares, minuto 69. Javi Rey (1) por Make, minuto 80. Hugo (s.c.) por Javi Varela, minuto 83)

Árbitro: David Iglesias Melón (Vigo), auxiliado en las bandas por Daniel Álvarez Domínguez y Eduardo Rivero Gores. Amonestó a Pablo, por el Pontevedra, y a Javi Varela y Muiña, por el Rácing Villalbés.

Goles: (1-0) Minuto 30: Mouriño. (1-1) Minuto 58: Rubén Pardo. (2-1) Minuto 65: Pablo Carnero. (3-1) Minuto 87: Anxo. (4-1) Minuto 92: Tomás.

Incidencias: Estadio Municipal de Pasarón (Pontevedra). Unos 1.000 espectadores.