El Club Cisne Balonmano se quedó a las puertas de la remontada frente al Barça B en un partido que dominó el filial blaugrana.
El equipo pontevedrés fue durante todo el encuentro a remolque, pero luchó hasta el final para sacar algo positivo de un encuentro en el que finalmente cayó por 33-37.
Durante los primeros compases el choque vivió un recital de paradas por parte de Pol Quiroga y Abián Rodríguez, que se erigieron como muros bajo palos para frustrar una y otra vez los ataques de ambos equipos.
De hecho fue Jaume Pujol el único capaz de mover el marcador al arranque del partido, anotando un 0-1 que no cambió hasta pasado el minuto siete, cuando Mateo Arias logró abrir la lata para el Cisne y devolver así las tablas al marcador.
Se produjo entonces un reparto de goles entre ambos equipos que se mantuvo hasta el minuto 12, cuando el Barça aprovechó una serie de imprecisiones por parte de los blancos y rompió el equilibrio para poner el +3 y obligar a Quiños a parar el tiempo.
Pero en lugar de dar con la tecla para revertir la situación, el filial azulgrana continuó como una apisonadora y siguió ampliando su ventaja, que empezaba a ser cuando menos preocupante para los blancos (4-9).
El Cisne no se rindió y, con la garra que lo caracteriza, volvió a apretar el resultado para colocarse a tan solo dos goles del empate (7-9). Abián siguió apareciendo en portería y sus compañeros de ataque hicieron lo propio, subiendo el 10-10 cuando restaban cinco minutos para el descanso.
Paró entonces el cronómetro el entrenador visitante y el partido entró en un correcalles en el que primó la igualdad. Sin embargo, era el Barça el que estaba más vivo y activo y volvía a tomar la delantera para cerrar el marcador al término del primer tiempo en un resultado de 13-15.
Empezó el Cisne la segunda mitad en inferioridad numérica y vació portería. Erró en los dos primeros ataques y el filial granate, a portería vacía, castigó para subir el 13-17.
No bajó los brazos el equipo lerezano y recortó distancias en tres tantos, pero en un visto y no visto el filial catalán se volvió a escapar por cinco goles (20-25).
Quiños detuvo el tiempo, pero el Barça puso el +6 a los diez minutos del segundo tiempo. Recuperó la tendencia positiva el equipo de Pontevedra (26-28), pero los catalanes regresaban a su momento dulce para recuperar terreno y subir el 27-33.
Todavía quedaba tiempo para la remontada, pero el juego del filial blaugrana estaba siendo imparable para un Cisne que debía resistir para conseguir algo positivo. Adelantó la defensa el equipo pontevedrésy el Barça se quedó sin ideas, quedando sometido a los ataques de un rival que reducía la distancia en dos goles cuando restaban poco más de un minuto para el final (33-35).
Todo podía pasar y el técnico visitante paró el tiempo para que los suyos no desperdiciaran un ataque que podía ser definitivo. Bruno interceptó el ataque rival, pero Mateo Arias no logró cazar el esférico. El Barça, en cambio, esta vez no perdonó y sentenció con dos goles más que le valieron para imponerse por 33-37.
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