Hacen falta más que noventa minutos, una prórroga y un rival de superior categoría para roer a este Pontevedra. Suerte fue el ingrediente extra que encontró el Cádiz desde los once metros para hacer caer al equipo de Jesús Ramos. La escuadra lerezana soñó e hizo soñar a su afición con un triunfo histórico, pero de nuevo la mala fortuna de la tanda de penaltis en el Fondo Sur se cebó con un central granate. Azparren ya sufrió esta maldición en el 2006 contra el Sevilla B, hoy ha sido Churre, más ídolo que nunca de una hinchada que rompió a corear su nombre al acabar el partido.
El Pontevedra demostró que tiene madera de equipo grande, de los que dan la talla en los momentos delicados. Supo sufrir contra un equipo de primera división, supo dominar el juego y pararlo cuando era necesario y supo también crear ocasiones y poner la piel de gallina a su rival, helado por el frío y por la riada granate. El acierto que tuvo el prometedor Cortés en momentos clave, fue el que le faltó a los atacantes locales en el área contraria cuando llegó su hora.
Se despiden los granates de la Copa del Rey sin ser derrotados y con la moral por las nubes. Los de Pasarón, con un centro del campo mermado por las bajas, pudieron haber machacado a un rival dos categorías superior. Y con canteranos en el terreno de juego que dieron la cara como veteranos. El sueño copero toca a su fin, pero otro más importante continúa con más argumentos que nunca. El domingo, en el mismo escenario, contra el Guijuelo, otro episodio.
Comenzó el Pontevedra como contra el Cartagena en la anterior ronda de copa. Tímidos por la presunta superioridad de un rival de una categoría mayor. Y aunque los visitantes llevaron el peso del partido en los primeros minutos, bien por el frío de Pasarón, bien por los cambios en el once o bien por la seriedad táctica de los granates, ese dominio inicial se fue disipando.
Solo fue necesario un córner a favor de los de Jesús Ramos, antes había botado uno el cuadro andaluz sin peligro, para que tanto en el campo como en la grada se creyesen que se le podía pegar un bocado al pez grande. De hecho, esa primera llegada pudo haber marcado un punto de inflexión en el devenir de la eliminatoria si el colegiado hubiese señalado mano en el despeje de la defensa cadista que tanto la grada como los jugadores locales reclamaron.
De nuevo tras un saque desde la esquina volvió a generar sensación de peligro el Pontevedra. Combinaron a toda velocidad Jorge y Álex por el flanco izquierdo, pero el disparo del asturiano desde fuera del área lo bloqueó el muro andaluz. También desde lejos lo intentó, antes de superar el minuto 10 de la primera parte. Óscar Fernández pero su disparo salió desviado. El discutido extremo estuvo muy activo durante todo el primer tiempo. Nunca dejó de encarar a los defensas y buscar la línea de fondo, aunque no siempre con éxito.
El Pontevedra seguía a lo suyo, ajeno a que enfrente estaba un rival de Primera División. En un contragolpe tras otra llegada inocua del equipo visitante, Álex González puso un pase medido a la espalda de Keigo. El enorme central de origen africano sucumbió ante la velocidad del menudo canterano granate Martín Diz, que avanzaba como un rayo hacia la meta de David Gil. En la pugna con el defensor, el atacante acabó en la hierba. Pidió falta con insistencia, pero el árbitro dijo que no había pasado nada.
La confianza granate no dejaba de crecer, hasta que un mal pase de Churre metió de nuevo el miedo en el cuerpo a la parroquia local. Su inocente pase a Imanol Imanol fue interceptado, Álvaro Giménez aprovechó para ganarle la espalda y recibir en el área, pero al recortar al central marinense, resbaló y el zaguero granate pudop enmendar su error sin consecuencias.
Aprovechó esas dudas el Cádiz para apretar el acelerador y un corner rematado por Jose Mari estuvo a punto de adelantarse en el marcador, pero Álvaro Cortés voló hasta la escuadra izquierda de su portería para evitar milagrosamente el tanto. Jesús puede estar tranquilo, hay recambio de lujo en el arco granate.
Y en la posterior jugada pudo adelantarse el Pontevedra, porque de nuevo Jorge y Álex conectaron para que el capitán granate, esta vez en la banda derecha recortase hacia dentro, pero su disparo lo detuvo Gil.
En la refriega, el mediocentro Jose Mari cayó lesionado. Lo sustituyó Cervera por un delantero. Malbasic ocupó el puesto de enganche y Bodiger retrocedió hasta el doble pivote. El equipo amarillo notó el cambio y comenzó a ser mucho más ofensivo y peligroso. Un choque del ariete recién ingresado pudo acabar en penalti, luego el lateral izquierdo Baró lo intentó desde la frontal y Perea, en una internada desdela izquierda, disparó a las manos de Cortés.
Sobrevivió el Pontevedra al arreón visitante en el segundo tramo de la primera mitad. Incluso Imanol pudo dar ventaja a los granates tras un saque de esquina que derivó en un barullo en el área que el mediocentro no acertó a rematar.
Tras el paso por vestuarios, el Cádiz mantuvo el dominio y la presión con la que remató el primer acto. Y en un córner tuvo una de las oportunidades más claras del encuentro. Prolongaron los amarillos en el primer palo y en la frontal del área pequeña le cayó el balón a Malbasic para empujarla al findo de la red, pero allí apareció Zabaleta para estorbar y conseguir que el remate del balcánico se fuese alto.
Movió Jesús el banquillo para recuperar el control del juego. Oier, Rufo y Xisco saltaron al verde, pero el balear lo hizo para compartir con Imanol la medular granate. Surtieron efecto las modificaciones porque el Pontevedra volvió a animarse y a visitar el área contraria. Como en el centro que González puso en la cabeza de Calvillo, que cedió atrás sin que apareciese nadie al remate. Sí que llegó al rechace Xisco Campos que estrelló un trallazo en la muralla amarilla.
El paso del tiempo, el cansancio, la inactividad de unos y la sobrecarga de minutos de otros hicieron que el partido se abriese y comenzasen a aparecer espacios. Así construyó Charles, con un control de pecho, giro y pase una jugada que Imanol culminó con otro potente disparo desde la frontal que atajó Gil
La réplica la tuvo el Choco Lozano, que entró a falta de un cuarto de hora del final para volver loca a la defensa granate. El colombiano atrajo a tres defensores en el área para ceder al segundo palo a Pombo, ambos recién ingresados en el campo, cuyo remate pudo bloquear Aitor para evitar el tanto visitante.
En los minutos finales el miedo a perder pesó más que las ganas de vencer. Ningún equipo quiso correr riesgos sin balón y fueron contundentes en defensa para evitar sustos de última hora y encomendarse a la prórroga.
En el tiempo extraordinario pudo el Cádiz finiquitar la eliminatoria en su mejor combinación ofensiva. Pombo corrió como un toro hacia la meta granate, encontró a Adekanye en el pico del área quien, con un toconazu sublime, dejó a Lozano solo delante de Cortés. Pero el joven portero del Pontevedra fue capaz de aguantar el pulso, no se venció, y logró atajar el disparo centrado del ariete amarillo.
Fue lo único del Cádiz en toda la prórroga porque, con más alma y fútbol, que su rival, el Pontevedra pudo sellar su pase. Primero con una volea de Álex González dentro del área que salió desviada por poco, luego Samu, que no entendió el pase de la muerte de Oier; y ya en el segundo tiempo una doble ocasión de González, con disparo cruzado, e Imanol, cuyo disparo a bocajarro en el área pequeña desvió de forma milagrosa Gil a córner.
La balanza estaba inclinada del lado granate, pero el gol no llegó y hubo que llegar a la tanda de penaltis. El Cádiz hizo pleno. Malbasic, Pombo, Lozano, Akapo y Adekanye anotaron con seguridad. Xisco Campos, Rufo, Oier y Álex hicieron lo propio. Todo estaba en las botas de Churre, que optó por un disparo colocado a la izquierda de la meta de Gil, que el guardameta cadista adivinó y atajó sin apuros para salvar a los suyos y despertar al Pontevedra de un sueño copero que, por méritos propios, debió durar, al menos, noventa minutos más.
PONTEVEDRA CF [0 (4)]: Álvaro Cortés; Aitor Núñez (santi Figueroa, min. 90), Víctor Vázquez, Pol Bueso, Eneko Zabaleta; Imanol, Jorge Fernández (Xisco, min. 54), Óscar Fernández Oier, min. 54); Álex González; Martín Diz (Rufo, min. 54), Charles (Samu Vilariño, min. 92)
CÁDIZ CF [0 (5)]: David Gil; Akapo, Keigo, Mbaye, Baró (Jairo, min. 63); Jose Mari (Malbasic, min. 25), Garrido (Jonsson, min. 105), Perea (Pombo, min. 77), Bodiger, Alejo (Adekanye, min. 65); Álvaro Giménez (Choco Lozano, min. 77).
Árbitro: Soto Grado (La Rioja) auxiliado por Sobrino Magán (Castilla La Mancha) y Álvarez Fernández (La Rioja) amonestó a Xisco Campos, por el Pontevedra.
Goles: En la tanda de penaltis anotaron para el Cádiz: Malbasic, Pombo, Lozano, Akapo y Adekanye. Y, para el Pontevedra: Xisco Campos, Rufo, Oier y Álex.
Incidencias: Partido de la segunda ronda de la Copa del Rey disputado en el Campo de Pasarón (Pontevedra), con asistencia limitada a 500 espectadores por motivo de las restricciones sanitarias.