El Pontevedra ya está trabajando sobre el terreno para solventar una de las grandes deficiencias que arrastra el estadio de Pasarón, que es el estado del césped.
La solución ideal pasaba por una intervención drástica en el terreno de juego para acabar con los problemas de drenaje que sufre el césped desde el momento de su inauguración y que convierte, en las épocas de lluvia, el campo en un barrizal. Además, la delicada situación de la hierba impide al primer equipo entrenar con continuidad en su propio estadio, obligándolos a ejercitarse la mayor parte de las sesiones de la temporada sobre hierba artificial. Una intervención muy costosa que rondaría el medio millón de euros.
En cambio, desde el club han optado por una salida intermedia consistente en levantar el césped y la primera capa subterránea, que eran las más dañadas por la acumulación de agua, y renovarlas. Sin embargo, el tiempo corre en contra del Pontevedra, que solo dispone de un mes de plazo para culminar los trabajos a tiempo para el inicio de liga.
Desde principios de esta semana, ya está la maquinaria pesada operando sobre el césped de Pasarón para retirar estas capas de terreno, aplicar el tratamiento correspondiente y, finalmente, volver a instalar un nuevo manto de césped.
La ejecución de esta obra fue el motivo por el que el club descartó la organización de partidos amistosos como local en la presente pretemporada. De hecho, parece complicado que el clásico torneo de pretemporada Luis Otero pueda llegar a celebrarse en este mes de agosto en Pasarón.
Además, el calendario de encuentros de preparación suma una nueva fecha para los de Yago Iglesias, que se medirán al Villalonga en San Pedro el día 26 de agosto, una semana antes del inicio de la liga.