El Pontevedra quiere resarcirse cuanto antes de la dolorosa derrota sufrida en Ferrol. La plantilla tiene entre ceja y ceja el encuentro que los medirá en Pasarón este domingo, a partir de las 18 horas, al Sporting B para demostrar que lo ocurrido en la jornada anterior fue simplemente un accidente. "Nuestro estado de confianza está a tope. Hemos vuelto a ver el partido y a pesar de que nos metieron cuatro, el equipo dio la cara, compitió en todo momento y generó ocasiones de gol. Por eso tienen la moral a tope y están con ganas de desquitarse", confesó el entrenador granate, Luismi Areda.
El técnico vigués había reconocido a mediados de semana que habrá cambios en el once con respecto al último choque. Sin embargo, algunas de estas modificaciones pueden ser por obligación porque el delantero Adighibe sigue arrastrando molestias en uno de sus tobillos que le está impidiendo entrenar al mismo nivel que sus compañeros. " Tiene molestias, mientras no lleve golpes o haga algún gesto extraño va aguantando. El problema es cuando hace algún movimiento", detalló el preparador.
Tampoco entrarán en la convocatoria Javi López, que ultima su recuperación de unas dolencias musculares fruto de la inactividad; Alfredo Mejía, que regresó este jueves de Honduras y todavía no está en plenas condiciones físicas; ni Jaouad Erraji, concentrado con la selección sub 23 de Marruecos. El que ya está integrado en el grupo es el canterado Santi Figueroa. Sobre el estado físico de sus jugadores, Luismi es optimista y confía en tener a todos sus hombres disponibles, si no surgen complicaciones durante el partido, para la visita a Ibiza.
Del rival, que llega con la moral por las nubes después de meterle cinco goles al Sanse, a Luismi le preocupa "el dinamismo de sus jugadores, tienen desborde y gol. También el estado de confianza con el que afrontarán este partido". Sobre el estilo de juego del filial rojiblanco, el técnico espera encontrarse con un equipo que alterna momentos de asfixiante presión alta, con otros de repliegue y salida rápida a la contra para aprovechar la velocidad de sus extremos.
Pero no solo Luismi está preocupado por el partido, también el entrenador sportinguista, Samuel Baños, está buscando la fórmula para sacar algo positivo de Pasarón. "Vienen de un resultado negativo y buscarán volver a jugar como en el primer partido en casa", dijo. En este sentido, añadió que el Pontevedra será "un rival complicado", por lo que le pide a sus jugadores que intenten seguir en la misma línea y que dejen atrás lo que lograron en la jornada previa.