Con tensión, intercambio de reproches y palabras malsonantes entre las dos principales facciones del accionariado granate. Así transcurrió la junta general de accionistas del Pontevedra Club de Fútbol SAD en el que se aprobaron unas cuentas que de nuevo vuelven a dejar beneficios en las arcas de la institución y en la que se confirmó la marcha, al expirar su mandato, de tres consejeros: Alberto Argibay, José Antonio Millán y Pablo Galván.
En su lugar, de acuerdo con los estatutos del club, entran José Luis Tilve, José Manuel Fernández y José Luís Uhía Castro, conocido en el mundo del fútbol como Piscis. Las tres nuevas incoporaciones representan a un conglomerado de accionistas, entre ellos los dirigente de la empresa Meañomar o el expresidente Mauricio Rodríguez Boullosa, que superan el 34,5 % del accionariado total de la sociedad por lo que tienen derecho a elegir a tres miembros del Consejo de Administración.
Las otras siete personas que componen el órgano directivo son Lupe Murillo, cuyo servicio no concluye hasta febrero del 2020; Luis Durán, que renovó su mandato en el 2018 hasta el 2023; y Ricardo Tilve, Enrique Mariño, Juan Abal, Manuel Ruibal y Roberto Feáns, que renuevan su compromiso con la entidad para los próximos cinco años, después de ser elegidos por unanimidad del 87 % del accionariado reunido en la tarde de este lunes en la sede de Afundación en Pontevedra.
Antes de la renovación de estos cinco consejeros, la presidenta Lupe Murillo quiso poner en valor la gestión realizada por todos los miembros del consejo, incluidos los consejeros salientes, a lo largo del último lustro. "Es el mejor Consejo que ha tenido este club en los últimos veinte años", subrayó no sin reconocer las diferencias personales que mantiene con alguno de ellos, pero que supieron dejar a un lado "para trabajar juntos por el bien del Pontevedra". De los tres salientes, dijo Murillo "que me encantaría que repitieran".
Las normas impiden la renovación de todo el Consejo, el nuevo grupo accionarial que maneja un 34,5 % del capital social ejerció su derecho a nombrar, sin necesidad de votación, a tres consejeros. A los que Murillo también le dedicó unas palabras. "Espero que desde dentro aporten más que desde fuera. No voy a permitir filtraciones porque hay deber de silencio y solo se va a trabajar por y para el club", les advirtió después de una junta en la que acusó a los tres nuevos consejeros y a las personas que los apoyan de impugnar todas las acciones del club y llevarlos a los tribunales cada vez que ven la oportunidad.
El acto comenzó con más de media hora de retraso por un error a la hora de contabilizar el número de accionistas presentes y a qué títulos representaba cada uno de los presentes en la sala. Así, la presidenta dio por comenzada la junta enumerando uno a uno las personas presentes en la sala y el número de acciones en su poder. "Yo soy la persona con más acciones de la entidad", puntualizó, para añadir después que "también represento a la empresa con más acciones". Según los datos que ella misma leyó, es titular de 572.445 acciones , lo que supone el 53 % del total de las acciones de la Sociedad Anónima Deportiva.
La deuda actual del Pontevedra CF es de 1.150.000 euros
CINCO AÑOS DE SUPERÁVIT
El primer punto del día, en el que comenzaron las fricciones con los tres nuevos consejeros, fue la repetición de la votación de las cuentas del curso 2016/17 impugnadas por este grupo por un defecto de forma. Las cuentas que habían arrojado un beneficio de 43.535 euros y una reducción de la deuda a corto y largo plazo de 74.000 euros volvieron a ser aprobadas. Sin embargo, el sometimiento de las mismas a un auditor motivó el rechazo de los tres nuevos consejeros que, abucheados e insultados en repetidas ocasiones por el resto de accionistas presentes en la sala, entienden que deben ser auditadas antes del cierre de cada ejercicio, no después de su formulación y aprobación.
Las cuentas de la temporada recién finalizada, la 2018/2019, arrojan un beneficio de 31.613 euros. Por el contrario la deuda a corto plazo subió en 61.000 euros. Una anomalía que el consejero encargado del área económica, Enrique Mariño, explicó a los presentes. El conjunto granate, por retrasos de la Deputación y el CSD, dejó de recibir en este ejercicio en los plazos previstos alrededor de 270.000 euros en el pago de subvenciones. Para paliar este desequilibrio, el club solicitó un péstamo por valor de 250.000 euros, que ya resolvió una vez cobrada la deuda con la entidad provincial por el premio derivado de la victoria del Pontevedra B de la Copa Deputación. No obstante, según Mariño, el Consejo Superior de Deportes todavía adeuda alrededor de 89.000 euros al club granate en concepto de subvenciones que no se desbloquean por la falta de Gobierno. Por otro lado, la deuda a largo plazo cayó un 1,94 % y se stúa en 633.693 euros.
En el apartado de ingresos figuran también 83.000 euros extraordinarios de las ventas del portero juvenil Carrillo al Barcelona, David Castro al Valencia Mestalla y la resolución del contrato de Darío Flores. "Hasta un millón de euros", puede reportar al Pontevedra el traspado de su prometedor guardameta al conjunto azulgrana, detalló el consejero.
En el apartado de gastos, Mariño se detuvo en la partida de sueldos y salarios, que en la 18/19 subió un 59 % hasta situarse en los 635.001 euros. "Para tener mejor equipo hay que invertir. Vinieron dos jugadores cedidos de Segunda División y gratis no vienen", justificó.
Para concluir su exposición, Mariño echó mano de una comparativa del último lustro en el que el Consejo de Administración logró un total de 191.000 euros de beneficio que se destinó a reducir la deuda, incrementó el valor del club hasta los 679.000 euros desde los 8.000 euros negativos del 2014 y redujo la deuda en 600.000 euros (de 1,7 a 1,1 millones).