El nuevo desafío del Cisne ya está en marcha. Con las ausencias del entrenador Jabato y de los internacionales juveniles Alberto Delgado y Carlos Ocaña, que están disputando el mundial con España, la plantilla blanca ha vuelto esta tarde al trabajo.
El segundo entrenador, Quiños, será el responsable de dirigir los entrenamientos hasta la reincorporación del técnico principal, que estará de vuelta en Pontevedra, como muy tarde, el 13 de agosto si la Selección llega a la final del campeonato.
"Esta semana y sobre todo la que viene es un poco toma de contacto. El viernes haremos unas pruebas físicas en una colaboración que tenemos con la Universidad. Estos días servirán para conocernos un poquito, la carga ya importante vendrá la semana que viene", explicó el preparador al inicio de la primera sesión de la pretemporada.
En el apartado de fichajes, asegura Quiños que la plantilla se encuentra ya prácticamente cerrada. "La plantilla está cerrada, totalmente equilibrada, salvo que aparezca algún mirlo blanco de última hora, al 99 % está cerrada", sostine el técnico.
Con respecto a las aspiraciones del equipo pontevedrés esta temporada, ni en el vestuario ni en la junta directiva quieren oir hablar de ascenso. "El objetivo que marca el club evidentemente es ambicioso pero también tenemos los pies en la tierra. Queremos salvarnos holgadamente. En esta categoría, sobre todo ahora que se reagrupa en un solo grupo, al final faltan cuatro jornadas y estás a cuatro puntos de la promoción de descenso y a cuatro de la fase de ascenso. La idea es intentar estar tranquilos lo antes posible y al final ver adonde nos lleva", puntualiza el entrenador.
Remarca Quiños que la División de Honor Plata es una de las categorías más difíciles y emocionantes del balonmano nacional por la igualdad que hay entre todos los equipos. "Es una categoría súper igualada, es la liga más bonita que hay en el balonmano nacional porque vas a casa del último y te mete de tres y el líder pincha cualquier campo. El objetivo es hacerlo lo mejor posible, no descartamos nada", subraya.
Un año más, el proyecto del Cisne gira alrededor de su cantera, que volverá a tener protagonismo en las alineaciones de Jabato. "Aquí los jóvenes si se lo ganan y tiran la puerta abajo, siempre tienen la puerta abierta para estar con nosotros", sostiene el preparador, destacando la importancia que tendrá este año uno de los dos únicos fichajes, Alberto Delgado, que tendrá la difícil misión de hacer olvidar a Carlos Álvarez.
El pivote Rubén Etayo es la otra incorporación que ha realizado el Cisne, el resto de la plantilla está formada por jugadores que han renovado su contrato o que dan el salto al primer equipo desde la base. En este sentido, este año tendrán más peso en el equipo jugadores como Ocaña o André, que tendrán que asumir el rol de jugadores como Chan o Cavalcanti. También tienen muchas esperanzas en Ojeda, que parece haber superado ya su grave lesión.
Una nueva apuesta decidida por el balonmano gallego y de formación que, sueñan en el Cisne y en la Boa Vila, siga dando alegrías a la afición pontevedresa.