El Cisne jugará su primer partido de pretemporada fuera de Galicia. La normativa sanitaria de la Xunta mantiene la prohibición de la práctica de deportes de contacto en territorio gallego y ante el inminento inicio de la competición, previsto si no hay cambios de última hora para el primer fin de semana de septiembre, la directiva organizó un encuentro amistoso contra el Aguasantas en la ciudad lusa de Valença do Minho. Después de cerca de un mes de entrenamientos sin contacto, los de Jabato tendrán su primer test el viernes a las 18 horas, en horario español.
Sin embargo, la directiva negocia la organización de otro encuentro de pretemporada que, si finalmente alcanzan un acuerdo, se jugaria este jueves en un lugar de Castilla y León a medio camino entre Pontevedra y Burgos que medirá a los blancos con el Villa de Aranda, equipo que militará este año también en Asobal y, al igual que el Cisne, vio mermada su preparación por el confinamiento decretado por el gobierno castellanoleonés en Aranda de Duero durante el mes de agosto.
La desigual preparación del Cisne comparada con el resto de equipos de la categoría es, además de la problemática de no poder disputar amistosos, la disputa de la liga a puerta cerrada, la campaña de socios o la lesión de larga duración de Gonzalo Carró; una de las principales preocupaciones de la directiva blanca. No obstante, la dimisión del presidente de Asobal, Adolfo Aragonés, puede suponer un alivio para el cuadro pontevedrés en forma de aplazamiento del inicio y del formato de la competición.
"Hay muchos rumores, se comenta que se puede retrasar el inicio de la liga un mes y también que en vez de jugar todos contra todos se puedan hacer grupos, lo que liberaría más fechas y permitiría retrasar el inicio", explica el presidente del Cisne, Santi Picallo, quien prefiere esperar a la reunión prevista para este miércoles entre los dirigentes de Asobal con los equipos de la principal división para aclarar todas las dudas que pesan sobre el arranque liguero.
Tampoco descartan que estos cambios en la cúpula de la asociación de clubes puedan hacer realidad la entrada del Cisne en la asociación, algo por el momento descartado por la obligatoriedad de abonar el canon que supera los 50.000 euros. "Si nos permiten fraccionarlo o nos dan facilidades, nos lo pensaremos", reconoce el presidente.
En la directiva del conjunto pontevedrés están también pendientes de las conclusiones de la cumbre entre la Real Federación Española de Balonmano y el CSD, así como de las novedades en el protocolosanitario de la Xunta para los deportes de contacto que permitan a los de Jabato entrenar en las mismas condiciones que sus rivales de otras regiones.