El Club Cisne Balonmano ha regresado por la puerta grande tras el parón de la Liga Asobal para dar la campanada ante el Cuenca, al que superó por 30-28 en un final de partido de infarto.
La efectividad en ataque de Carlos Álvarez (7/8), Mateo Arias (6/6) y de Chan (8/11), sumado al 30% de Kilian Ramírez en paradas, fueron claves para dar los dos puntos al conjunto pontevedrés, que gracias a esta victoria abandona por fin el farolillo rojo de la clasificación.
El partido comenzó con un parcial de 5-2 por parte del Cisne gracias a un gran Kilian Ramírez que empezaba con un alto porcentaje de intervenciones.
Además, las operaciones defensivas del conjunto cisneísta salían a la perfección y provocaban una serie de salidas al contragolpe con las que castigaban a un Cuenca impotente que perdía el balón en línea de seis metros y se traducían en un 10-4 en el marcador.
Paró el tiempo el técnico visitante para revertir la situación de su equipo, pero siguieron incapaces de levantar cabeza, sobrepasados por Mateo Arias y Carlos Álvarez, que enchufaba tres goles seguidos, y complicaban todavía más las cosas a su oponente (14-6).
Con esa cómoda ventaja se alcanzaron los últimos 5 minutos de la primera mitad, en los que el Cuenca movió su banquillo, optó por una defensa 5-1 y empezó a calibrar para recortar diferencias y enviar el partido al descanso en un resultado de 15-10.
En el arranque del segundo tiempo volvió a coger carrerilla el conjunto pontevedrés y se colocó con una renta de seis goles. Lidio Jiménez detuvo el cronómetro muy pronto y, apoyándose en Joaquím Nazaré, el Cuenca pegó un pequeño estirón aprovechando también la superioridad numérica por la exclusión de Cavalcantti para responder acercándose a una barrera de dos goles que todavía no habían sido capaces de traspasar (min. 19, 23-21).
Retomó la ventaja de cuatro tantos el Cisne cuando se llegó a los últimos 5 minutos, adelantó la defensa el conjunto manchego para recuperar rápido el esférico y puso el partido patas arriba y a los de Javi Márquez en apuros. Sobre todo cuando la victoria empezó a peligrar ante el arreón final de los visitantes, que se colocaron a tan solo un gol del empate cuando quedaba tan solo minuto y medio por disputarse (27-26).
El técnico cisneísta paró el tiempo y se produjo un intercambio de golpes pese a los intentos del Cuenca de intentar recuperar rápido. Sin embargo, a Mateo Arias no le tembló el pulso en el momento decisivo y, de forma acrobática, enchufó el balón de vaselina. Respondió Nazaré desde los siete metros anotando el 29-28 y Pombo, sobre la bocina, cerraba definitivamente el duelo firmando el 30-28.
Estos dos puntos suponen un paso de gigante por parte del Club Cisne Balonmano, que abandona por fin el farolillo rojo de la Liga Asobal y se permite creer en la permanencia.
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