En plenas fechas navideñas, el fútbol no da tregua. Después de una semana de descanso, los equipos de 2ª RFEF vuelven al trabajo. Uno de los más madrugadores es el Arosa, que tiene prevista para esta tarde, a las 16.30 horas en el campo de Vilaxoán, su primera sesión de entrenamiento para preparar el partido del 9 de enero frente al Bergantiños en Carballo para cerrar la primera vuelta de competición.
Sin embargo, antes de saltar al césped todos los integrantes del primer equipo y del cuerpo técnico deberán someterse a una prueba de antígenos para comprobar que no haya contagios después del parón navideño en plena escalada de la incidencia de casos de covid-19.
Si todos están sanos, podrán ponerse a las órdenes de Jorge Otero, que someterá a sus jugadores a otra prueba igual de molesta: la báscula.
Pero no solo la pandemia y el estado físico de la plantilla preocupa en el Arosa. Las lesiones de larga duración sufridas a lo largo de la primera vuelta, Álex Cobo y Róber, hacen que la dirección deportiva, que encabeza el pontevedrés Rafa Sáez, permanezca muy atenta a las oportunidades que pueda ofrecer el mercado. Sin embargo, el cuadro arlequinado tiene ocupadas todas sus fichas sénior, por lo que las llegadas quedarán supeditadas a la salida de alguno de los jugadores con menos minutos o a la incorporación de jugadores sub 23.
Refuerzos con los que se cuenta para este regreso a los entrenamientos son los de Porrúa y Campillo, que se habían perdido por lesión los últimos partidos del equipo.