Desacertado, frágil defensivamente, desaparecido en ataque. En resumen, una caricatura de equipo. Eso fue el Ponntevedra frente a un Atlético de Madrid B al que únicamente le hizo falta esperar la cascada de errores defensivos granates para golear y ridiculizar a un conjunto que dio una de las peores imágenes que se recuerdan en un partido de liga en Pasarón.
Decepción y grande para dejar paso al consuelo y la esperanza de que se haya tratado únicamente de un accidente deportivo. Lo contrario sería echar por tierra demasiado pronto los objetivos de la temporada que, visto lo visto, o mucho cambian las cosas, o se antojan muy lejos de las posibilidades de este equipo.
No había pasado nada más que una ligera declaración de intenciones, cuando la primera vez que el balón llegaba a una de las áreas terminaba en el fondo de la portería. Fue en un centro sin aparente peligro desde la izquierda de Germán, que tras salir "mordido" termina en las botas de Darío, incomprensiblemente libre de marca, para que con la espuela desvíe la trayectoria colocando el balón lejos del alcance de Edu.
Pudo empatar el Pontevedra casi a continuación, pero Romay no aprovechó la devolución del regalo que le hizo la defensa madrileña, y sólo ante Diego mandó el balón a los pies del portero visitante. Uno sacó provecho máximo y el otro no. Diferencias que marcan la distancia entre ganar y perder.
Y ya que la cosa iba de "regalos" defensivos o facilidades, la zaga granate siguió "generosa". Primero permitió el remate de Germán, que obligó a Edu a emplearse a fondo para mandar el balón a corner, y luego "defendió con la mirada" un centro lateral de Sanabria que remató de cabeza Óscar, llegando desde atrás y anticipándose a Pol y Edu, que había salido en falso, para marcar el segundo a puerta vacía.
No terminó ahí la cosa, ya que la indolencia defensiva granate permitió poco después un "paseo" de Manu por el balcón del área, hasta terminar atrayendo a Edu para luego ceder el balón a Darío, en posición dudosa, para que marcase a puerta vacía, aumentando el desconcierto local y el enfado en una grada que veía como su equipo era una caricatura, sin orden no concierto y una puesta en escena a todas luces errónea y desafortunada, en la que nadie parecía tener claro lo que debía hacer.
Con 0-3 en menos de media hora, Luismi intentó corregir el despropósito, aún a costa de "señalar" a un Sana errático y desafortunado, pero no peor que bastantes de sus compañeros. Retiró al medio centro, retrasando a Romay para encargarle la tarea de poner orden en la construcción, dando entrada a Adiguibe para jugar con dos delanteros.
Fue igual, el primer tiempo se consumió sin que los granates volviesen a dar sensación de poder dar la vuelta a la decoración. Al contrario, eran los colchoneros los que cada vez que se hacían con el balón parecían estar en condiciones de ampliar su cómoda renta. Y sin hacer gran cosa, sólo aprovechar las facilidades que les regalaron, eso sí, con las ideas muy claras: orden defensivo y acierto en las llegadas facilitadas por una defensa de mantequilla y un centro del campo inexistente.
Pudo meterse el Pontevedra en el partido al poco de comenzar la segunda parte, pero Adiguibe no aprovechó un gran centro de Javi Pazos y su remate de cabeza lo sacó Diego.
Y como las desgracias casi nunca vienen solas, Edu con molestias se vio obligado a dejar su puesto a Brian, que no pudo tener un debut más desafortunado ya que el primer balón que llegó a su área terminó dentro de su portería en un remate raso y cruzado de Óscar, que aprovechó un balón suelto y defendido con absoluta falta de contundencia por la defensa local.
Pero no terminó ahí la desventura del recién ingresado guardameta, ya que sólo dos minutos más tarde cometía un error gravísimo, regalando el quinto tanto a los madrileños. Lo hizo al ir a despejar un balón franco, pero tardando tanto que dio tiempo a Darío a poner la bota, bloqueando el despeje de forma que el cuero se marchó lentamente al fondo de la portería granate ante la desesperación de todos y la alegría de un equipo visitante que no se podía creer tanta generosidad. Los rojiblancos habían llegado 6 veces para conseguir 5 goles.
Y pudieron ser más. Brian evitó el sexto, resarciéndose en parte de su error anterior, en un mano a mano con Óscar, mientras Riquelme seguía haciendo de las suyas hasta convertirse en una pesadilla para los desafortunados defensores granates. Ambos fueron sustituidos por el técnico madrileño, que no quiso hacer más sangre, retirándose en medio de los aplausos de la grada, que supo reconocer los méritos de ambos jugadores.
La última media hora de partido fue un martirio para la afición y una permanente impotencia para un equipo incapaz de generar absolutamente nada, perdido en la mediocridad y carente de recursos que terminó encajando una de las goleadas más duras que se recuerdan en Pasarón, maquillada ligeramente al final con el gol del Javi López, en un lanzamiento de falta desde la frontal del área.
PONTEVEDRA CF (1): Edu (Brian, minuto 52); Santi, Pedro Vázquez, Pol Bueso, Álex González; Sana (Adighibe, minuto 33), Mejía; Álvaro Bustos, Romay, Pedro Vázquez (Javi López, minuto 58); y Javi Pazos.
ATLÉTICO DE MADRID "B" (5): Diego; Solano, Mejías, Álvaro, Manu; Toni Moya, Sanabria; Riquelme, Óscar (Isaac, minuto 64), Germán (Medrano, minuto 60); y Darío.
Árbitro: Fernando Román Román (Castilla-León), auxiliado en las bandas por Rubén Díez Díez y Elena Peláez Arnillas. No mostró tarjetas.
Goles: (0-1) Minuto 12: Darío. (0-2) Minuto 24: Óscar. (0-3) Minuto 29: Darío. (0-4) Minuto 53: Óscar. (0-5) Minuto 55) Darío. (1-5) Minuto 82: Javi López.
Incidencias: Estadio Municipal de Pasarón (Pontevedra). Unos 2.500 espectadores.