Un gol de Charles, partiendo de una posición de claro fuera de juego, decidió un derbi en el que el Pontevedra fue claro dominador ante un Arosa inofensivo en ataque. Los granates merecieron ámpliamente el triunfo, pero de nuevo mostraron lo mucho que les cuesta transformar en gol el elevado número de ocasiones generadas.
Fue un partido jugado a un fuerte ritmo, con un Arosa bien plantado atrás, pero sin capacidad de salida para inquietar a un Pontevedra que, cuando se puso por delante en el marcador, supo defenderse a través de la posesión de balón e intentó aprovechar los espacios creados por el obligado adelantamiento de líneas visitante, sin éxito, fallando ocasiones muy claras para haber conseguido incluso golear a su vecino rival.
Los vilagarcianos no existieron en ataque, hasta el punto de que no llegaron a disparar entre los tres palos de la meta defendida por un Cacharrón que tuvo posiblemente uno de sus partidos más cómodos, con una única ocasión visitante, en el descuento del primer tiempo, que saldría desviada, bagaje muy pobre para poder arañar algo de un derbi que regresaba a Pasarón tras mucho tiempo y que fue disputado en medio de una exquisita deportividad tanto en el campo como en las gradas.
Jorge Otero optó por "poblar" el centro del campo, buscando tejer allí una tela de araña en la que atrapar a un Pontevedra expuesto en sus salidas a las pérdidas que permitiesen a los arlequinados salir al contragolpe, en busca de apoyos para su referencia ofensiva, el exgranate Luismi, que debía pelear en solitario con los centrales, esperando cualquier opción que se le pudiese plantear.
Por su parte, Ángel Rodríguez mantuvo su confianza en el once que tan buen resultado le había dado en Avilés la pasada jornada, sin alegrías defensivas, pero sabiendo que en esta ocasión le tocaba llevar la iniciativa como local, su asignatura pendiente hasta ahora.
Con los papeles repartidos, ambos equipos fueron fieles al guión establecido, con un Pontevedra dominador, llevando la iniciativa, frente a un Arosa ordenado y agazapado esperando su oportunidad para intentar aprovechar cualquier error del cuadro local.
Así las cosas, fueron los granates los que acumularon las pocas oportunidades de verdadero peligro que se produjeron en las áreas, la más clara, sin duda, a los 7 minutos, en un remate de Seoane, a la salida de un corner, que rechazó milagrosamente con el pie Manu Táboas.
Luego llegarían otras, muy espaciadas y de no tanta claridad. Lo buscó Alberto Rubio a los 27 minutos, pero su cabezazo salió demasiado centrado sin poner en apuros al meta arosista, que sí tuvo que intervenir con dificultades para desviar a corner 10 minutos más tarde el remate de Brais Abelenda, tras un vistuosismo en el área. La última antes del descanso para los locales fue de nuevo para Brais Abelenda, aunque en esta ocasión su disparo, muy forzado, salió fuera.
Por su parte el Arosa, que no había logrado ni siquiera pisar el área local en toda la primera parte, pudo irse al vestuario con ventaja en el descuento cuando Julio Rey empalmó un remate, a la salida del único corner lanzado por los visitantes, pero le salió mordido y desviado.
Salió en tromba el conjunto granate en la reanudación y tras una primera aproximación de Brais Abelenda, los de Ángel Rodríguez se adelantaban en el marcador, en el minuto 49. Fue a través de una falta provocada por Yelko Pino y lanzada por él mismo para poner el balón en la cabeza de Charles, impecable en el salto y en el remate, para colocar el balón en la misma escuadra, imposible para Manu Táboas, pero con la circunstancia del grave error del asistente que no vio que el brasileño acudió al remate desde una posición más adelantada que la defensa arosana.
El gol casi noquea al Arosa, que encajó el segundo apenas cinco minutos más tarde, tras una sensacional jugada colectiva que terminó con remate de Samu Araújo. En esta ocasión el asistente sí acertó. invalidando la acción por fuera de juego del lateral granate.
Intentó estirarse el Arosa, pero sin conseguir hacer sufrir en ningún momento a un Pontevedra que se sentía cómodo con más metros por delante. De este modo empezarían a llover las ocasiones, malogradas una tras otra bien por falta de puntería o por acierto del meta Manu Táboas.
Áléx González mandó fuera su remate en buena posición. Mejor fue la de Oier Calvillo, pero disparó al cuerpo de Manu Táboas. Luego, un jugadón de Álex González termina con remate de Brais Abelenda que tapa providencialmente Ross cuando se cantaba el gol, desviando el balón a la esquina.
Entre medias, Charles tuvo que ser sustituido para evitar males mayores, con evidentes síntomas de cansancio tras el generoso esfuerzo que había realizado, y el Pontevedra aún dispondría de otras dos ocasiones inmejorables para sentenciar definitivamente el partido. Una a la salida de un corner que David Soto remató por encima del larguero, y la otra ya en el descuento, más clara aún, de nuevo para Oier Calvillo, quien otra vez se encontró con un acertado Manu Táboas para mandar el remate a corner.
Por parte arosista fue un quiero y no puedo. Sus tímidos intentos nunca prosperaron muriendo como mucho en la línea de tres cuartos y cuando quisieron recurrir a la heroica, mandando balones a la olla, tanto David Soto como especialmente Churre, impidieron la más mínima posibilidad de remate, dejando a los de Jorge Otero sin poder siquiera intentar un solo disparo a puerta.
PONTEVEDRA C.F. (1): Cacharrón; Seoane, David Soto, Churre, Samu Araújo; Miguel Román, Yelko Pino (Martín Diz, minuto 88); Alberto Rubio (Oier Calvillo, minuto 73), Brais Abelenda (Jaichenko, minuto 88), Álex González; y Charles (Javi Rey, minuto 80).
AROSA S.C. (0): Manu Táboas; Javi Fontán, Piay (Fajardo, minuto 72), Ross, Cotilla; Alberto Martín; Nuño, Diego Diz (Beda, minuto 78), Porrúa (Mon, minuto 72), Julio Rey; y Luismi.
Árbitro: Alexandre López Vila, auxiliado en las bandas por Rubén Vázquez Penas y Adrián García Rodríguez (Galicia). Amonestó a Churre y Yelko Pino, en el Pontevedra y a Alberto Martín y Javi Fontán, en el Arosa.
Goles: (1-0) Minuto 49: Charles.
Incidencias: Partido de la jornada 13 de liga en el Grupo I de la Segunda RFEF disputado en el Estadio Municipal de Pasarón (Pontevedra). Algo más de 1.500 espectadores.