Festejada como se merece la gesta copera de eliminar al Levante de Segunda División, el Pontevedra Club de Fútbol vuelve a centrarse en la realidad liguera, y lo hace con una de las salidas más especiales de la temporada por su complejidad.
Nada tiene que ver en ello la posición en la tabla de la UD Llanera, decimocuarta con 10 puntos, sino las características de su casa.
El Estadio Pepe Quimarán en el que juega sus partidos el conjunto asturiano pasa por ser uno de los campos más pequeños en cuanto a dimensiones de todo el fútbol nacional.
En concreto sus medidas oficiales son de 90 metros de largo por 56 de ancho. Esto supone que el terreno de juego sintético del Pepe Quimarán es ¡12 metros! más estrecho que el Estadio Municipal de Pasarón y 15 metros más corto.
De hecho no le sobra ni un centímetro de largo al feudo del Llanera, ya que 90x45 es la medida mínima que refleja la normativa de la Real Federación Española de Fútbol.
En lo que respecta a Pasarón, las medidas que señala el Pontevedra en su página oficial señalan que mide 105x68 metros.
Todo un reto por lo tanto para el equipo entrenado por Yago Iglesias, ya que irremediablemente el juego se verá condicionado por esta circunstancia más que por la superficie de césped artificial, dificultando el juego de posesión y ofensivo que caracteriza a los granates.
Tocará seguro ponerse el mono de trabajo para intentar hacerse con un buen resultado y completar su primera defensa del liderato.
Cabe recordar que para ello el Pontevedra no podrá contar esta jornada con dos de sus efectivos del centro del campo, Samu Mayo y Yelko Pino, al estar sancionados.
Será la segunda vez en su historia que el equipo pontevedrés visite el Pepe Quimarán. La anterior, en la temporada 21-22 también en Segunda RFEF, se saldó con derrota por 1-0. Todo un aviso.