El Pontevedra Club de Fútbol y Borja Domínguez se han visto las caras este martes en el Juzgado de lo Social 3 de Pontevedra, tras la demanda presentada por el futbolista por despido improcedente.
Tras meses sin acuerdo para cerrar la salida del centrocampista de forma amistosa, el caso ha llegado a juicio con la celebración de una vista oral en A Parda.
En el fondo de la discrepancia está la cláusula de renovación automática que figuraba en el contrato de Borja, que se activaba en concreto si disputaba 50 partidos a lo largo de dos temporadas (22-23 y 23-24).
"Ha jugado, que no disputado, 55 partidos, pero sólo 25 completos y menos de 32 con más de 45 minutos", explicó en la sala judicial el representante legal del Pontevedra, su consejero Pablo Galván, entendiendo que "no se acredita" la renovación al ir contra el espíritu de la citada cláusula.
Además, defendió, "no se le ha causado perjuicio porque está en un equipo de la misma categoría", en referencia a su contrato actual con el Coruxo, club por el Domínguez fichó en el mes de septiembre, y calificó como "un error" que Charles confirmase en rueda de prensa la renovación del jugador porque "no tiene nada que ver en la redacción de los contratos".
Dentro de la sede judicial, siguiendo la vista, se encontraba también el consejero Roberto Feáns
Por parte del futbolista compareció representado por un letrado de la Asociación de Futbolistas Españoles (AFE), Alejandro Fernández, que argumentó la participación del ex-granate en 55 encuentros, 30 de ellos en su primera temporada en Primera RFEF y 25 en la segunda, añadiendo que "la redacción de la cláusula es clara y no da lugar a interpretación", al no especificar que sea necesario disputar un número de minutos determinados.
Borja Domínguez fue interrogado por las dos partes, apoyándose en una reunión antes del término de la pasada campaña con Charles y Enrique Mariño en la que "me dijeron que daban por hecho que estaba renovado y que me llamarían para el inicio de la temporada".
Esa llamada no llegó y sí la comunicación "el día antes" de que no contaban con él para el inicio de los entrenamientos. Además se refirió a un encuentro posterior con Jacobo Maestre tras su incorporación para la secrertaría técnica con la intención de "intentar negociar" la rescisión.
"Yo quería seguir en el Pontevedra porque consideraba que tenía contrato y no hubo acuerdo", explicó Borja en su turno de palabra.
El centrocampista, preguntado sobre si había negociado con otros equipos y en particular con el Coruxo antes del inicio de la pretemporada, confirmó contactos pero que "muchos equipos pero se echaron atrás para firmarme" ante las dudas generadas por su situación contractual y a pesar de creer que "tengo nivel para estar en otra categoría".
Por todo ello el jugador reclama 45.000 euros como "cantidad que se corresponde con las cantidades dejadas de percibir", explicó su abogado incidiendo en lo que entiende como decisión unilateral del Pontevedra, y quejándose por la desproporción de un contrato en el que "en caso de ser él quien quisiese rescindir unilateralmente debía abonar un millón de euros como indemnización".
Cerrada la vista oral el juicio entre Borja Domínguez y el Pontevedra Club de Fútbol ha quedado visto para sentencia.