Bello Blanco y Muñiz Ruiz, pasado y presente del arbitraje pontevedrés en Primera División

Pontevedra
01 de diciembre 2022

PontevedraViva ha reunido a los dos representantes del Comité Técnico de Árbitros de Pontevedra que han llegado a la élite del fútbol español, con permiso del fallecido Hernanz Angulo, formado arbitralmente en Madrid

Alejandro Muñiz y Segundo Bello Blanco, presente y pasado del arbitraje pontevedrés en Primera División Mónica Patxot

Alejandro Muñiz Ruiz (Pontevedra, 1991) vive esta temporada su segundo curso en Primera División. Con él se pusieron fin a muchos años sin un representante del arbitraje pontevedrés en la élite. Tantos que habían pasado 27 temporadas desde la retirada de su predecesor, Segundo Bello Blanco, con permiso del fallecido Hernanz Angulo que disfrutó de un año en la máxima categoría pero que se formó arbitralmente en Madrid. Ahora, asentado ya Muñiz Ruiz en Primera, PontevedraViva ha reunido a los dos colegiados para intercambiar impresiones sobre el pasado, presente y futuro de su profesión en un Comité Técnico de Árbitros (CTA) de Pontevedra que vive uno de sus mejores momentos.

"Lo mío fue un poco raro de aquella, subir a Primera desde Pontevedra era más difícil casi que ser presidente del Gobierno, era casi imposible", recuerda Bello Blanco, aunque tampoco Muñiz lo ha tenido sencillo porque "Pontevedra tampoco es una ciudad muy grande" aunque ayude que "Galicia tiene una cantera arbitral buenísima". Tener además modelos en los que fijarse en la élite favorece que suba un nivel porque el más veterano de los dos defiende "también la tenía cuando subí yo".

Entre las diferencias de antes y de ahora "hay muchícimas, porque hoy ya son profesionales y entrenan mucho. Yo tenía que entrenar sólo y lo hacía con el Cisne", rememora un Segundo Bello que incluso grababa sus partidos las pocas veces que eran televisados para buscar sus errores e intentar mejorar. A eso se suma un videoarbitraje que "os ha cambiado la vida", asegura criticando eso sí aspectos como los tiempos muertos que genera. 

Muñiz por su parte defiende que "siempre va a haber polémica pero hay jugadas que son manifiestamente erróneas a lo largo de la historia y eso ha desaparecido. Goles fantasma, penaltis que eran fuera y no dentro, el famoso de España en Corea... Siempre va a haber grises y polémicas pero es un beneficio al fútbol brutal", afirma con 27 partidos ya a sus espaldas en Primera División en año y medio a los que se suman sus intervenciones como árbitro de VAR.

Bello en cambio disfrutó de 42 partidos en la élite repartidos en 5 temporadas, pero es que "nosotros pitábamos cada 15 días como muy pronto". En su caso, ya sin la responsabilidad que supone estar en activo, surgen divertidas anécdotas con personajes icónicos, como cuando "venía de pitar un Cádiz-Sevilla, de vuelta por Madrid, era Semana Santa, y fui con Sánchez Arminio y alguno más a comer al Asador Donostiarra, y también venía Michael Robinson, que estaba en El Día Después. Fuimos por la TV, nos enseñaron el plató, vimos la maqueta de Atocha que tenían. Y me dice él, tú tranquilo, estuviste muy bien, enhorabuena, pero aunque estemos comiendo juntos te vamos a pillar por algún lado, sino no vendemos", recuerda reconociendo que "a partir de ahí no compré ya ningún periódico más, ni Marca ni ninguno. Era todo una trampa".

Bello Blanco: "Subir a Primera desde Pontevedra era más difícil casi que ser presidente del Gobierno, era casi imposible"

No escapa de la polémica en la actualidad Alejandro Muñiz, sobre todo cuando toca lidiar con alguno de los grandes del fútbol español. Él se estrenó recientemente en el Campo Nou, y aunque sin hablar directamente de lo sucedido su explicación encaja con ese partido. "Estamos normalmente aislados porque en el momento que tú ves que hay aciertos que se critican ya no como errores sino como catástrofes, cuando es un acierto a nivel interno nuestro, dejas de dar credibilidad a ese aspecto", explica.

Muy alejado de los programas actuales de debate futbolístico estaba el periodista José María García, conocido como el 'Butano'. De él se acuerda también el veterano árbitro cuando rememora una ocasión en la que no pudo atenderle en directo tras arbitrar un Deportivo-Milán en A Coruña. "De aquella no había móvil ni leches, era el 92 o así, y desde ese partido me cruzó. Pito después un partido en Bilbao, que el informador me dio 39 puntos de 40. Había ganado el Valladolid con Pacho Maturana 0-1, y con Clemente en el banquillo del Athletic, y yo allí en la Catedral corrí como un animal. Cuando venimos de vuelta dice José María García, los mejores tal y cual y el peor, el árbitro... Si tengo una escopeta lo mato. Había hecho un partido sensacional. Ahora si hay algo polémico la gente lo ve y sabe como arbitraste, pero antes no, te metían un cero en Marca y te llamaban paquete", recuerda.

Alejandro Muñiz: "Bien no van a hablar nunca. Lo mejor es que no te nombren, si no lo hacen es que has hecho bien tu trabajo"

"Bien no van a hablar nunca. Lo mejor es que no te nombren, si no lo hacen es que has hecho bien tu trabajo", contesta desde el otro lado de la mesa un Muñiz que en su segunda temporada en Primera, olvidados los nervios del estreno "creo es más fácil. Siempre se dice que la media de tarjetas en Primera División tiende a reducirse según pasan las temporadas. Mi media no es de las más bajas, es más bien tirando a alta, pero todo el mundo dice lo mismo, que se va reduciendo ya no porque tú seas menos estricto, que a lo mejor no, simplemente porque los jugaodres y equipos te conocen y a lo mejor con una indicación o advertencia reconduces su conducta sin tener que recurrir a una amonestación".

En la conversación aparece también una expulsión a Futre en el Calderón a los 20 minutos de partido, la relación de Bello Blanco con Jesús Gil o una famosa foto de él con Diego Armando Maradona en un Sevilla-Barcelona. Alejandro Muñiz escucha, y aunque "no tengo el gusto, ya te lo diré" en lo que se refiere a cruzarse con las grandes figuras del fútbol mundial, su colega confía en que siga progresando sin perder de vista un deseo, que no vuelvan a pasar 27 años para ver un nuevo árbitro pontevedrés en la élite del fútbol español.