Un autogol en el último minuto priva al Marín Futsal de sumar tres puntos

Marín
01 de diciembre 2024
Actualizada: 18:47

Un gol 'in extremis' en propia meta de Café impidió que el conjunto marinense consiguiera el triunfo ante un rival directo por la permanencia

Partido entre Marín Futsal y Burela en A Raña Cristina Saiz

Partido de altos vuelos y emociones fuertes el disputado entre Lainco Rubí y el Marín Futsal este domingo. Catalanas y gallegas, rivales directos por la salvación, deleitaron al público con un recital goleador que se saldó en empate a seis después de que Café enchufara el balón en su propia portería a escasos segundos del final.

Tal y como reflejó el marcador, no hubo tregua en el encuentro y Sandra Navarro, al minuto de juego, superaba a Patri Arruti por alto para hacer el 1-0. Poco después, Café resolvía una acción dentro del área para devolver el empate.

La presión local dio sus frutos más tarde y los fantasmas de siempre volvieron a visitar al Marín Futsal. Bet Santamaría robó el balón en medio campo y en el mano a mano batió a la guardameta visitante para hacer el 2-1.

Dos minutos después, Arantxa Medina, de libre directo, anotó el 3-1 con el que se llegó al intermedio.

Tras el paso por los vestuarios, emergió la figura de Gi Portes. La jugadora marinense con un doblete en tan solo un minuto, ambos en combinación con Carolina Bravo, devolvió las tablas al luminoso, metiendo de lleno a su equipo en la pelea por los tres puntos.

Sin embargo, la alegría volvió a durar muy poco a las pupilas de More, que vieron como, de nuevo, el Rubí se adelantaba en el marcador.  Esta vez fue Bet Santamaría la que, en un saque de esquina, hacía el cuarto, y poco después Elida Tortosa, de disparo desde la frontal, hacía el 5-3.

Pero cuando peor lo estaba pasando el Marín Futsal, Guida salió al rescate para recortar diferencias, mientras que Miriam, con dos goles consecutivos, ponía por delante a su equipo por primera vez en el choque (5-6).

Restaban tres minutos de partido y el conjunto local optó por el juego de cinco, encontrando su premio al filo de la conclusión. Café, en su intento de despejar un centro chut al área del Rubí, coló el esférico en su propia puerta, haciendo el 6-6 con el que se alcanzó el pitido final.

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