El balonmano español mantiene su hoja de ruta ajeno a la forma de actuar de las federaciones del resto de deportes del país, que se mantienen a la espera de que el Gobierno apruebe un protocolo de seguridad que permita competir y entrenar en igualdad de condiciones a todos los clubes y proteja a los jugadores y aficionados ante posibles contagios por coronavirus.
En la asamblea mantenida durante la tarde del miércoles, los clubes acordaron mantener el calendario aprobado e iniciar la nueva temporada el próximo martes 1 de septiembre con la disputa del choque entre Bidasoa Irún y Ademar León. El Cisne tiene previsto debutar al día siguiente en el Pabellón Municipal a las 20.30 horas contra el Incarlopsa Cuenca.
Las razones que llevaron a los equipos a mantener el rumbo marcado a finales de julio radica en la inminente aprobación del protocolo de seguridad para la práctica del deporte de contacto, entrenamientos y asistencia de público a los eventos deportivos. Los clubes creen que a principios de la próxima semana entrará en vigor, a tiempo para la disputa del primer partido.
El borrador, al que han podido tener acceso todos los equipos, contempla la obligatoriedad de realizar test PCR a todos los jugadores y técnicos de la plantilla antes de la disputa de cada jornada. "Es un borrador exigente", reconoce el presidente del Cisne, Santi Picallo, "pero es inasumible por parte de la mayoría de los clubes de balonmano", comparte una reflexión que cuenta con el apoyo de la mayor parte de los miembros de Asobal.
"Ya hicimos alguna consulta y, mínimo, cada test nos costará 75 euros. Al final de temporada nos sale en más de 40.000 euros", alerta el dirigente. Con el objetivo de evitar este desembolso, en la asamblea decidieron remitir una carta al CSD solicitando una compensación por estos gastos y con la amenaza de detener la competición si no reciben la ayuda económica necesaria para cumplir la normativa. En el encuentro marcaron la jornada 4 como margen de tiempo para el el Gobierno responda.
El Cisne y otros seis equipos de la liga habían propuesto aplazar el inicio de la competición hasta el mes de octubre y así dar más tiempo al CSD para que se pronuncie sobre cómo financiar estas prohibitivas pruebas médicas, algo que el resto de conjuntos rechazó para iniciar la competición cuánto antes.
Si los trámites administrativos se retrasan, la liga podría comenzar incluso antes de que el protocolo entre en vigor y sin que sea obligatorio realizar las pruebas PCR, llegaron a plantear en la reunión. En todo caso, Santi Picallo asegura que si el nuevo marco legal no se aprueba a tiempo y siguieran en vigor las normas de la Xunta, que fueron modificadas este viernes para permitir la práctica de deportes con contacto, "nosotros no íbamos a jugar, eso estaba muy claro", remarca.
Convencidos de que la decisión de iniciar la liga es irreversible, en el Cisne tienen concertada ya una cita el próximo 31 de agosto para practicarle la prueba PCR a todos los integrantes del primer equipo. Será después de la disputa de los dos primeros partidos amistosos del equipo contra el Villa de Aranda, que tuvo lugar ayer en León; y contra el Aguasantas, previsto para esta tarde en Valença.
Una noticia menos negativa para el balonmano pontevedrés es que el protocolo que se va a aprobar permitirá la entrada de público a los pabellones. Un 75 % del aforo hasta un máximo de 300 personas y siempre con una separación de 1,5 metros entre espectadores. Una medida bien acogida por la directiva blanca pero que considera insuficiente dada la cabida que tiene el Pabellón Municipal, superior a los 2.000 espectadores.
La solución pasa por el desarrollo de una aplicación para asignar butacas, similar a las de las salas de cine, que permita agrupar a convivientes y así poder acceder en pequeños grupos familiares y aprovechar más butacas. Algo inviable en estos momentos por falta de tiempo y fondos. Aun así, desde el Concello quieren agradecer el trabajo realizado por los técnicos municipales, con Xaime Agulló a la cabeza, porque "están siendo muy rigurosos y comprensivos", remató.