Un solo billete olímpico y dos talentosas piragüistas. Antía Jácome contra María Corbera. El complejo deportivo David Cal del embalse del Pontillón do Castro en Verducido fue el escenario de una encarnizada lucha entre dos rivales y amigas por una plaza en los Juegos Olímpicos de Tokio de este verano. La primera manga se decantó del lado de la palista local que, si ganaba la segunda, lograría el pase. Y no falló. Ni la emoción, ni los nervios, ni la exigencia de la prueba pudieron con Antía Jácome, que debutará con solo 21 años en el mayor escenario deportivo del mundo.
El cara a cara entre la pontevedresa y la madrileña fue la solución que se le ocurrió a la Federación Española de Piragüismo para decidir cuál de las dos palistas se subiría al barco español en el C1-200. Ambas habían hecho méritos más que suficientes para merecerlo. La madrileña logró la plaza olímpica en el Europeo, mientras que la gallega fue vencedora en el selectivo nacional que daba acceso al preolímpico y aceptó renunciar al C1 para centrarse en la clasificación del C2 para Tokio.
En casa, ante su familia y amigos y a la mejor de tres tiradas, Antía Jácome no falló. Ganó las dos primeras pruebas con solvencia y ya es olímpica. Con la voz temblorosa y sin tiempo para asimilar el éxito, lo primero que hizo la pontevedresa fue fundirse en un sentido abrazo con su rival. "Tú me has hecho mejor", se decían la una a la otra en un alarde de deportividad y sin poder contener las lágrimas.
Luego llegó el turno de las felicitaciones. Compañeros y técnicos dieron la enhorabuena a la joven palista que ya no pudo contener la emoción cuando sus abuelos aparecieron en el pantalán para regalarle un ramo de flores y un interminable abrazo.
"Estoy súpercontenta, todavía no me lo creo y además en casa. Estoy que no entro dentro de mí", reconocía la piragüista de la EP Ciudad de Pontevedra minutos después de sellar su clasificación.
Aunque no fue necesaria una tercera ronda de desempate, la competición fue intensa. "La primera la gané con bastante ventaja pero no me había dado cuenta de que podía llegar a ese nivel. La segunda fue más ajustada, pero es esa rivalidad que tenemos la que nos hace ser más fuertes", confiesa. También tuvo palabras de cariño para Corbera, a la que le dijo que "se lo merece tanto o más que yo". De hecho, está convencida de que competir contra ella la ha hecho mejor deportista. "Gracias a nuestra rivalidad estamos mejorando muchísimo, casi dos segundos los tiempos desde hace un año a ahora. Por eso quiero darle las gracias a María", remarca.
Con el billete en el bolsillo, Jácome ya piensa en preparar la cita olímpica. "Nos quedan dos semanitas y ya nos vamos a Tokio. Lo que queda ahora es pulir detallitos y hacerlo lo mejor posible allá", señalaba antes de reiterar su agradecimiento a todos sus allegados. "Tengo una familia genial, han venido todos a verme", concluyó.