Alberto Argibay Pazos es el abanderado del movimiento Acción Granate, colectivo de accionistas minoritarios que lucha por recuperar, al menos, parte del poder que en su día tuvieron los socios en la gestión del Pontevedra. Capacidad para opinar y participar en los proyectos del club, a la vez que realizar una función de control, tan necesaria tras comprobar la pésima labor ofrecida por todos los gestores que pasaron desde la conversión en sociedad anónima deportiva y que han llevado al borde de la desaparición, una vez más, a la histórica institución de la ciudad del Lérez.
Incluso, el ex entrenador granate está dispuesto a tomar el timón de la nave, con el apoyo del colectivo de aficionados del que forma parte. Han presentado su proyecto y esperan que muevan ficha quienes realmente tienen el poder para poner o quitar rey, los accionistas mayoritarios.
Argibay es cauto a la hora de hablar sobre la posibilidad de dirigir el Pontevedra. Evita hacer público si ha conseguido o no apoyos de peso dentro del accionariado, quizás porque la partida para recabarlos aún se está jugando. No repara, sin embargo, en comentarios directos y precisos a la hora de enjuiciar al actual consejo de administración, especialmente a Lupe Murillo, ahora en el Consejo, antes en labores de asesoramiento, a la que otorga el papel de ser una alternativa poco recomendable para la presidencia.
¿Qué pasos está dando Acción Granate y cuáles son los planes de futuro?
El presente ha sido una declaración de principios de lo que buscamos, la presencia del accionista minoritario en el consejo a nivel informativo y poder cambiar el modelo de gestión, incorporando profesionales. Informamos al aficionado para que entendiera el concepto y el proceso que llevó al club a la situación de quiebra. Y de cara al futuro, decidiremos una estrategia a partir del posicionamiento de los accionistas mayoritarios, si cuentan con nosotros, y luchar por la atomización del Pontevedra, lo que significaría que sea mucho más democrático. El Pontevedra necesariamente, tiene que cambiar su modelo de gestión. No tiene sentido salir de un proceso concursal para racionalizar la deuda, y seguir con el mismo modelo de gestión y con el mismo Consejo que ha contribuido a aumentar dicha deuda. Se pone como excusa la excasez de socios, pero en realidad es la escasez de ideas y de un equipo de trabajo. En el futbol español, y a pesar de la crisis, los clubes han aumentado sus ingresos tanto en taquillas como en abonados, publicidad y sponsors.
Desde la conversión en sociedad anónima, la dirección del club ha vivido de espaldas a la masa social. Ustedes, independientemente de acceder o no a la gestión, reclaman sin condiciones la presencia de algún representante de los accionistas minoritarios en el consejo de administración.
Los aficionados son la razón de ser de un club de fútbol y cuando un accionista mayoritario no los tiene en cuenta, rompe la esencia de la sociedad. La mayoría de las entidades que han pasado por un proceso de quiebra, a partir del control de un mecenas, se dieron cuenta de que hay que volver a la esencia del club, dando la mayor participación posible al socio y buscando, sobre todo, su mayor penetración social en todas las áreas de la entidad.
Además del conocido malestar y preocupación de los aficionados, ¿qué se ha encontrado en Acción Granate?
Lo fundamental es que el Pontevedra está vivo y que el aficionado demanda un cambio. Lo que pasa es que hay que organizar las ideas para establecer una hoja de ruta. Hay que tener claro cuál es el camino para ese cambio que se pide. Va a ser un proceso lento, de educación, de información y, sobre todo, de un liderazgo claro para que los agentes que intervienen en ese proceso, que serían los accionistas mayoritarios y minoritarios, los aficionados y la clase política, se sienten en una mesa a analizar el fondo del problema.
¿Cuál es su valoración del proceso concursal?
Para mí hay un antes, cuando el Pontevedra del 2007 al 2011 entra en una situación de quiebra y tenía que haber presentado concurso dos años antes como obliga la ley de sociedades anónimas deportivas. Lo que me sorprende es que hubiese consejeros que en su día no firmaron las cuentas y que dejasen avanzar el problema dos años más, entre ellos Lupe Murillo, que hoy es candidata a la presidencia. Lo que se pretende con el proceso concursal es reducir la deuda un 85% aprovechando el marco jurídico. El escenario que se plantea a partir de ahora es ¿quién va a llevar adelante ese plan de viabilidad? Es una situación extrema que es necesario que la desarrollen profesionales. No puedes hacer un recorte de la deuda para que luego siga la gestión en manos de aficionados, como ha pasado, contribuyendo a seguir empeorando la situación.
"Mi equipo actuaría altruistamente, algo así como la junta gestora que en su día hizo Pedro Rivas, porque es evidente que el Pontevedra no puede asumirlo económicamente"
En su proyecto ha presentado a un grupo amplio de profesionales para las diferentes áreas del club que, lógicamente, la entidad no puede asumir económicamente.
Es un equipo que actuaría altruistamente, algo así como la junta gestora que en su día hizo Pedro Rivas, porque es evidente que el Pontevedra no puede asumirlo económicamente. En realidad quien tendría que hacer eso es el juez concursal, pero seguramente como es consciente de que hay una limitación económica, alguien tiene que dar ese paso, aunque seamos los minoritarios desde una posición menos fuerte. Debían hacerlo los accionistas mayoritarios.
Hablando de quienes poseen el mayor porcentaje de títulos. Habrá tenido reuniones con algunos. ¿Sabe qué planes tienen?
Tienen que posicionarse, porque poseen la voz y el voto para decidir qué estrategia seguir. Pero creo que va a ser necesario que se sienten todos los agentes a analizar el problema, representantes de los accionistas mayoritarios, los minoritarios y de la clase política. Cualquiera que sea la solución, hay un denominador común, profesionalizar la gestión, de lo contrario el club siempre estará en situación de respiración asistida.
No parece fácil el consenso. Existe una encarnizada lucha por el poder.
Que haya alternativas es bueno, porque el accionista puede decidir. Otra cosa es que haya coherencia en esas alternativas, lo que implica actitud democrática, que todo se decida en el foro adecuado y por las personas adecuadas, en una junta de accionistas. Coherencia profesional. Detrás de un proyecto tiene que haber una idea, un plan financiero, deportivo y un equipo de trabajo. El proyecto no puede ser personalista, debe ser colectivo.
Es curioso que a pesar de ser tan criticados, Mauricio Rodríguez y José Manuel Fernández, lleven dos años y medio al frente del Pontevedra. Desde luego no es por su propio poder accionarial, porque están en el grupo de los minoritarios, incluso diría que muy minoritarios. Tienen el visto bueno o la permisividad de los mayoritarios.
Es parte del problema. Hay un consejo en funciones, que no es de profesionales, cuya herencia es evidente. Hubo una fractura social, un deterioro deportivo, hasta el punto de que con un presupuesto millonario para la categoría no hemos sido capaces de construir un equipo que jugara el play off y ascendiera, lo que le permitiría recuperar gran parte de sus recursos económicos.
Otro dato sorprendente es que se pida a todo el mundo que participe en la ampliación de capital y luego los que deberían dar ejemplo no inviertan prácticamente ni un euro. Bueno, ni ellos, ni nadie. Ha sido un fracaso.
Es un proceso cerrado, muy corto y poco explicado, así que es evidente que tenía pocos visos de salir adelante. Además, cualquiera que compre sabe que van a seguir gestionando los mismos. No se ha dado una explicación profunda de lo que es la prima de emisión, es decir, por qué castigar a los accionistas minoritarios por errores que han cometido los que están en el consejo.
"Pierdes autoridad moral al intentar que los políticos te nombren presidenta sin tener proyecto. Hay personas a las que nos les interesa el debate porque descubre sus debilidades"
Hilando la batalla por hacerse con la gestión y la ampliación de capital, Lupe Murillo comentó que usted y ella lastraban el proceso.
No lo veo así. El Pontevedra no está en elecciones presidenciales, está en ese proceso de ampliación de capital que va a derivar en un nuevo consejo. Será después cuando se puedan plantear alternativas, ahora hay un posicionamiento. En segundo lugar, la decisión es de los accionistas mayoritarios, ni de Lupe Murillo, ni de Alberto Argibay. Y en tercer lugar, cualquiera que sea el proceso tiene que ser democrático. Que haya debate no lastra, enriquece, pero hay personas que no le interesa porque ese debate descubre sus debilidades. Para ser presidente o parte del consejo, además de ser buen gestor, hay que tener autoridad moral. Me refiero a la cultura del famoso 'Pacto del Parador', al hecho de intentar que los políticos te nombren presidenta o presionen para ello a los grandes accionistas, sin tener un proyecto y antes de que acabe el plazo de ampliación de capital y se hagan públicos los nuevos accionistas. Además, es una persona que ha estado en la fase previa de bancarrota y se fue sin firmar las cuentas, ni dar una explicación. Luego, de asesora, el club ha ido a peor todavía, no sé cual era su función. Con todo esto pierdes autoridad ante los socios.
Aunque es un secreto a voces, realmente Lupe Murillo tampoco se ha propuesto oficialmente como candidata, al menos de una manera clara y firme.
Es precipitado decir que uno pueda ser alternativa cuando no tiene el poder para serlo. Serán los mayoritarios los que decidan dentro de las opciones que se presenten. No puede ser personal, tiene que venir avalada por un proyecto de viabilidad, con profesionales, unas directrices, un consenso. Olvidémonos de que el futuro pasa por una visión política.
¿Cuenta con el respaldo de alguno o algunos de los grandes accionistas?
Antes de nada quiero dejar claro que no es un proyecto de Alberto Argibay, es de Acción Granate, un colectivo. Ese proyecto no se puede valorar en profundidad hasta que esté claro como fue el proceso de ampliación de capital y los accionistas mayoritarios tomen posicionamiento. A todos se les ha explicado, así que pueden tomar una decisión coherente, pero antes debían sentarse ellos, los minoritarios y los políticos y buscar una solución conjunta. Que la clase política haga el papel de moderador, no de imposición de presidente o consejo de administración. Se debe cooperar. Que el Pontevedra cree valor, porque es imagen de la ciudad, y que todos los proyectos sociales que haga el club, tengan la participación de las instituciones.
Una vez que los actuales dirigentes han planificado la nueva temporada, qué plazos se marca Acción Granate para acceder a la gestión, si finalmente logra los apoyos necesarios.
Hay que interpretar bien a Acción Granate. Nació para defender unos principios. Básicamente, presencia en el consejo para que el accionista esté bien informado, luchar por un cambio en el control de la gestión, que podemos hacer nosotros o terceros, y democratizar la institución. Atomizar el accionariado y poner unas normas de la función del consejo de administración para que no se repita la bancarrota. Todo ello para que no se pueda volver a repetir la bancarrota. No sé si asumiremos la gestión, pero al menos que el Pontevedra esté más fiscalizado para que no se vuelvan a cometer los errores del pasado.
"Me sorprende que el actual presidente y el director deportivo sigan marcando las directrices, pues en dos años ni han logrado contruir un equipo competitivo. No se puede proteger y promover a quien ha demostrado ser un incompetente"
No estaba previsto tocar temas deportivos, pero hay una pregunta obligada. Si alcanzan la dirección de la entidad, ¿qué pasaría con Milo Abelleira?
Nosotros no podemos hablar de decisiones al no estar gestionando el club. Sólo hablamos de nuestro proyecto, el modelo a seguir. Cuales son las funciones de los profesionales y la estrategia. Por ahí pasa la viabilidad, por una mejor optimización de los recursos. Es necesario un cambio en el organigrama y potenciar mucho más el área deportiva, pues el objetivo de un proceso concursal es conseguir que se mantenga la actividad. Sin embargo las decisiones que se han tomado no demuestran eso. Aquí se han recortado los gastos, no se han optimizado los recursos y en ningún caso se ha potenciado el apartado deportivo. Me sorprende que tanto el actual presidente como el director deportivo sigan marcando las directrices, porque además de haber descendido al equipo, no han logrado después de dos años, y un importante gasto, formar un conjunto competitivo para jugar la fase de ascenso. En una sociedad hay que incentivar y estimular a la gente competente y no proteger y promover a quien ha demostrado ser incompetente.