No conseguir clasificarse para los Juegos Olímpicos de Tokyo fue un verdadero palo para Adrián Sieiro, no en vano "llevábamos desde 2017 hasta 2020 ganando todos los selectivos nacionales de C-2 1.000", reconoce sobre su etapa haciendo equipo con Sergio Vallejo, pero una serie de contratiempos en el año clave enterrearon sus esperanzas.
"El año pasado acabé bastante tocado por no conseguir el objetivo que era ir a los Juegos y a raíz de ahí me planteé venirme para aquí, necesitaba cambiar de aires", explica a PontevedraViva el palista pontevedrés (Piragüismo Poio Pescamar) desde su nueva base de entrenamiento, en casa, en el Complejo Deportivo David Cal Pontillón do Castro, en Verducido.
Sieiro ha dejado atrás muchos sus preparándose con el equipo nacional de piragüismo en el Centro de Alto Rendimiento de Sevilla, para hacerlo ahora al abrigo de los suyos aprovechando que el complejo pontevedrés acoge la infraestructura del equipo nacional sub-23 de canoa. "No lo considero un paso atrás", defiende, sino una manera de recuperar la motivación para aferrarse al sueño de convertirse en olímpico en la que será, casi con total seguridad, su última oportunidad.
"Vamos a por París como sea", señala con determinación, y es que "si de esta no va no voy a aguantar aquí muchos más años, tengo ya 30 años, serían 7 más encima y no me veo. De hecho si hubiésemos conseguido ir a los Juegos hasta me planteé retirarme", revela, pero lo evitó el no querer quedarse con esa espina clavada.
De momento esa pelea no será con su compañero de tantos años, el poiense Sergio Vallejo, sino con el balear Joan Moreno con quien ya compitió durante los últimos meses de 2021. "Me gustaría desde el inicio del ciclo haber seguido compartiendo embarcación con Sergio, pero ahora mismo Vallejo se operó del codo", explica Adrián Sieiro, contento también con el nivel de entendimiento con su nueva pareja en el C-2. "Es muy bueno también", defiende, aunque vivir en lugares diferentes hace que tengan que alternarse entre Pontevedra y Palma de Mallorca con viajes periódicos.
A punto de estrenar temporada en el Campeonato de España de Invierno en Sevilla tiene claro cuál es la gran meta en 2022. "El objetivo número uno del año es el Mundial de Canadá", explica el pontevedrés, pero para ello deberá vencer en el proceso de selección nacional. Llegar allí y protagonizar un buen papel en un C-2 que reduce su distancia a 500 metros, algo que asegura le beneficia ya que "se me dan un poco mejor las distancias cortas que los 1.000 metros", sería toda una reivindicación mirando hacia el próximo año, en el que se repartirán las primeras plazas olímpicas.