Como cada temporada, la composición de los cuatro grupos de la Segunda División B se ha convertido en un quebradero de cabeza por el interés de los equipos en garantizarse una liga en la que prime la proximidad geográfica.
Será la Comisión de Segunda B la encargada de plantear un reparto de grupos, algo que hará previsiblemente la próxima semana para posteriormente ser refrendado por la Asamblea de la Real Federación Española de Fútbol el día 14 de julio.
En esa reunión, la Federación Galega presentará una propuesta, a priori diferente a la que maneja el órgano directivo nacional. Según ha dado a conocer su propuesta reuniría en el Grupo I a los seis equipos gallegos (Pontevedra, Celta B, Coruxo, Somozas, Racing de Ferrol y Compostela), seis castellano leoneses (Cultural Leonesa, Astorga, Burgos, Arandina, Guijuelo y Valladolid B), dos asturianos (Sporting B y Lealtad), tres navarros (Tudelano, Peña Sport e Izarra), un cántabro (Racing de Santander), un riojano (UD Logroñés) y un extremeño (Cacereño).
Este reparto choca con la idea que parece cobrar más fuerza, la de colocar en el Grupo I a gallegos, castellano leoneses, asturianos, cántabro y completar la lista con los tres extremeños (Villanovense y Mérida además de Cacereño) y dos de los equipos manchegos (Toledo y Talavera).
Lo que parece inamovible es el Grupo III, toda vez que la suma de catalanes, valencianos y las Baleares da el resultado de 20 equipos justos, mientras el IV volverá a estar dominado por los equipos anduleces (12) y murcianos (5).
La duda principal pues es encajar a los dos primeros grupos, en los que también deberán entrar los nueve equipos vascos o los cuatro madrileños.
Consulta aquí la propuesta completa para los cuatro grupos que defiende la Federación Galega de Fútbol.