Hasta el 2 de febrero podrá visitarse en el Edificio Castelao del Museo de Pontevedra la exposición Acisclo en 66 obras, una muestra que ofrece un amplio recorrido por las seis décadas de escultura que integran la trayectoria del artista ourensano Acisclo Manzano.
La exposición, que se inaugura este viernes, está compuesta por piezas representativas de la evolución artística de uno de los escultores gallegos más relevantes de la segunda mitad del siglo XX.
En ella, el público podrá recorrer la trayectoria creativa del artista desde el expresionismo figurativo de sus inicios hasta alcanzar casi la abstracción, a través de 66 piezas creadas desde 1959 en materiales tan diversos como madera, barro, hierro o plomo.
La comisaria de la muestra, Beatriz de San Ildefonso, ha explicado que Acisclo formó parte en los años 60 del grupo conocido como "Os Artistiñas", bautizado así por Vicente Risco, y en el que estaban también otros artistas de su generación como Baltar, Jaime Quessada y Virxilio.
Muchas de las obras de madera presentes en la exposición, según De San Ildefonso, fueron creadas de vigas recuperadas de derribos, "en las que respetaba sus formas y creaba huecos para aumentar el expresionismo y representar la angustia y la soledad que veía en la sociedad".
La madera fue el primer material que trabajó y está muy presente en la exposición, al igual que el barro gallego y la arcilla de Ibiza y otros como hierro, bronce, plomo, aluminio, grafito refractario o fibra de vidrio.
El escultor ourensano ha destacado la emoción que supone ver reunidas piezas de toda su carrera, porque ha subrayado que muchas de ellas "son muy importantes para mí" y que reflejan fielmente "los tiempos alegres, los tiempos tristes, los oscuros y los de amor y felicidad".
La exposición está compuesta por 66 piezas datadas entre 1959 y 2010. Proceden de museos de toda Galicia, entre ellos el Centro Galego de Arte Contemporáneo o el Museo Arqueológico Provincial de Ourense, fundaciones privadas, galerías de arte y colecciones particulares.
La directora del Museo de Pontevedra, Ángeles Tilve, ha felicitado a la comisaria por la selección de estas obras, destacando que Acisclo "siempre mantuvo una base figurativa" que permite apreciar la calidad con la que trata los materiales, fundamentalmente la madera y el barro.
Acisclo Manzano inició su carrera en el Ourense de los años sesenta, junto a otros nuevos artistas de la ciudad bajo la influencia de Vicente Risco. Él les hablaba de la figura de Castelao, de la defensa de la lengua y de la cultura gallega, de la lucha por la libertad y de los movimientos de vanguardia.
A partir de ahí fue configurando su estilo, adscrito a la neofiguración expresionista, que muestra su interés por resaltar de manera especial los rostros y las manos, transmitiendo profundas emociones a través del gesto.
Además, buscó siempre conmover al espectador con la deformación corporal de las figuras para expresar la soledad, la violencia o la angustia, sentimientos humanos que en ocasiones potencia agujereando la masa.
Desde los años setenta, el barro, con el que tuvo contacto desde sus inicios, es el material con el que se siente más a gusto y el que le proporciona mayor libertad.
Acisclo modela el barro gallego y la arcilla ibicenca, el primero con volúmenes redondeados y formas compactas, como el paisaje de Galicia; mientars que el segundo le inspira torsos femeninos que le hacen imaginar los restos del arte griega.