¿Se puede mutilar un libro valioso (crematísticamente hablando) para evitar que otra persona lo adquiera por el valor que tendría?, ¿o comprar una tirada entera y destruirla toda a excepción de un ejemplar para así revalorizar ese libro?. Se puede y se ha hecho. Benito Olmo bien lo sabe porque para escribir su última novela se adentró en el mundo de los bibliófilos y los coleccionistas de libros.
Nos acompaña él y su reciente novela, 'Tinta y fuego', en el podcast 'Cara a cara' y nos cuenta dónde encontró el interruptor que dio luz a esta novela. Benito Olmo no sólo indagó entre y sobre coleccionistas y bibliófilos - que no son sinónimo de aficionados a la lectura -, sino también en la historia. Concretamente en el expolio de libros que los nazis hicieron en Europa. Esta es la parte real de la novela que por encima de todo es "una oda de amor a los libros, a las bibliotecas, a las lecturas y a las historias que siempre van a hacer falta".
Una oda a la lectura en la que el autor hace guiños con títulos de libros y autores reales, o librerías y libreros que no son fruto de su imaginación. Sí lo es la protagonista, Greta, una buscadora de libros valiosos o raros. Esta joven, denostada recientemente entre su profesión, recibe un encargo que la pone frente a ese expolio nazi. Y ahí arranca el thriller colateral de esta novela de narrativa ágil y absorvente hasta la última página.