Paula Ortiz, directora de 'La virgen roja': "El fanatismo siempre es ideológico, ya sea político o religioso"

Pontevedra
01 de noviembre 2024

A pesar de estar centrada en la promoción de "La virgen roja", a Paula Ortiz aún la siguen llamando para hablar de su anterior film, "Teresa", que fue la que ha proyectado en Pontevedra

Paula Ortiz, en Pontevedra
Paula Ortiz, en Pontevedra / Mónica Patxot

Para Paula Ortiz (Zaragoza, 1979) fue "algo extraordinario" que la productora María Zamora la llamara para dirigir La virgen roja, la película que quería hacer sobre un suceso que estremeció a la España de la Segunda República.

Tras educarla para ser una de las mentes más brillantes del país y un referente del feminismo, Aurora Rodríguez acabó con la vida de su hija Hildegard, que a sus 18 años empezaba a explorar su libertad, desmarcándose del férreo nido materno. No soportaba perder el control sobre ella.

Esa historia, relata Ortiz en una entrevista con PontevedraViva, "me había obsesionado mucho desde la universidad", por lo que cuando le ofrecieron ponerse detrás de las cámaras para llevarla a la gran pantalla "fue increíble sentir que me llamaban para una película que yo quería hacer".

"Cuesta mucho sacar adelante una película y tienes que discutirla mucho. Aquí ya te decían que la querían hacer", explica la realizadora, que escogió a Najwa Nimri (Aurora) y Alba Planas (Hildegard) como protagonistas "por la capacidad que tenían para navegar por aguas oscuras".

A la cineasta le ha resultado "absolutamente fascinante" bucear sobre el fanatismo que rodeó a dos mujeres "a las que admiro y con las que comparto sus ideas de base", a pesar de que a una de ellas "se le fue la brújula y se pasó de rosca".

Paula Ortiz, en Pontevedra
Paula Ortiz, en PontevedraMónica Patxot

Asegura que el feminismo que defendía Aurora y que abrazó su propia hija es "tremendamente lúcido, valiente y preciso a día de hoy", casi cien años después, porque "ojalá a día de hoy todo el mundo tuviese acceso a una educación como la que las rodeaba a ellas".

Ambas "son parte de un monstruo de dos cabezas", entiende la directora de la La virgen roja, por lo que defiende que al ser personajes muy contradictorios "no hay una sola manera de definirlas", igual que tampoco la hay a la hora de "posicionarte" al ver la película.

"Obviamente el caso es terrible y la madre es un gran monstruo, pero son mujeres absolutamente vanguardistas, pioneras, valientes, lúcidas y brillantes que abrieron las heridas de su tiempo, de una manera dolorosísima desde lo individual a lo colectivo", añade la realizadora.

Paula Ortiz aclara que "por supuesto no se puede negar" que Aurora Rodríguez "era una psicópata", pero puntualiza que su condición "tenía que ver con el fanatismo", no tanto por un arranque pasional, ya que considera que "su giro violento y aniquilador es ideológico".

Ese fanatismo, según Ortiz, "siempre viene por lo ideológico, ya sea político o religioso", algo que, según considera, "está ocurriendo ahora mismo" en el mundo en el que las ideas "se convierten en una estructura tan rígida que pierden de vista la escala humana".

Reconoce ciertas formas "paralelas y aterradoras" en la sociedad actual, en la que "las estructuras ideológicas de trazo grueso y, sobre todo, de trazo rígido, olvidan la empatía con las personas". La directora tiene claro a quién vincularía con ese rasgo de fanatismo.

"Ahora mismo a mí me parece que Trump es un fanático. Aunque no lo parezca Aurora y Trump no están tan lejos", afirma Paula Ortiz.

Paula Ortiz, en Pontevedra
Paula Ortiz, en PontevedraMónica Patxot

A pesar de estar centrada en la promoción de La virgen roja, a Paula Ortiz aún la siguen llamando para hablar de su anterior film, Teresa, que fue la que ha proyectado en Pontevedra dentro de las actividades previas organizadas con motivo de los Premios Feroz 2025.

Esta recreación del juicio de Santa Teresa de Jesús ante la inquisición española ha sido, según la cineasta aragonesa, la película que, personalmente, "más me ha aportado" porque supuso para ella "una reafirmación muy fuerte" en su trayectoria como realizadora.

"Venía de rodar Al otro lado del río y entre los árboles, que fue muy dura en todos los sentidos, y en cierta manera fue un proyecto para reconstruirme", rememora Ortiz, que sostiene que la propia Teresa es una de las mujeres "que desde muy joven más me ha construido internamente".

Lo hizo desde la literatura porque "no soy una persona religiosa". Reconoce que regresa a sus versos "muy a menudo" al considerarla una de las mentes más brillantes. "Es infinita y abismal. Es alguien que ha construido mis andamios", asegura la directora.

Presentar sus películas en un auditorio lleno de gente para Paula Ortiz "es algo esencial", porque en el cine, a diferencia del teatro o de la música, "no tenemos tanto contacto directo con el público". Así cuando aparece la ocasión, disfruta mucho de esa "experiencia colectiva".

Le permite comprobar "cómo resuena la película inmediatamente después de que la vean", algo que le ayuda para seguir haciendo cine porque "sabes cómo se ha entendido tu trabajo", más allá de unas redes sociales que, según asegura, "son un ámbito bastante intoxicado".

Y eso que, según reconoce, no es de las que vuelven a ver sus filmes tras haberlos rodado. "Es algo que intento no hacer. Si puedo, no las vuelvo a ver nunca porque veo siempre los mismos errores en los mismos sitios", afirma la cineasta.

Paula Ortiz, en Pontevedra
Paula Ortiz, en PontevedraMónica Patxot

Teresa y La virgen roja fueron dos proyectos que, en diferentes fase de producción, se solaparon en el tiempo, algo que no quiere repetir porque "fue horrible" porque sus trabajos son "obsesivos" y los supervisa "desde el primer día hasta la última mezcla de la copia final".

Al estar en dos universos a la vez, más en el caso de estos dos filmes situados en épocas históricas completamente opuestas, "sientes que no estás dedicándole el absoluto a cada uno" porque pasaba de "hablarle a una monja del siglo XVI a meterme en la Segunda República".

En su cabeza rondan ya algunas ideas nuevas "pero están en un estado muy primitivo", por lo que no quiere hablar de ellos todavía. "Estoy con una historia que es inventada y con otra que es una adaptación. Ya veremos qué sale antes", sentencia.